La Legislatura de Neuquén es por estos días escenario de un culebrón entre la vicegobernadora Gloria Ruiz y el oficialismo y sus aliados en torno a la restitución del 1,5 por ciento del presupuesto legislativo que el año pasado se le quitó a ese poder del Estado para crear un fondo de estabilización presupuestaria.

El tema es que el proyecto de presupuesto 2025 del legislativoacumulabaun déficit considerable y entonces el gobernador Figueroa les prometió a los diputados que para tapar el agujero derogaría la ley sancionada el año pasado durante el gobierno de Omar Gutiérrez.

Pero luego la cosa se complicó, porque los diputados Claudio Domínguez y Guillermo Monzani, le marcaron la cancha a la vice planteando la necesidad de crear un “fondo de reserva”, consistente en una partida de 6.000 millones de pesos con parte de los recursos que se iban a recuperar. Algo que, en la práctica venía a cubrir piadosamente la decisión del Ejecutivo de que Ruiz haga en la Legislatura un recorte de gastos equivalente al que se hizo en el ámbito de la administración central.

Como telón de fondo de esta pulseada está el recorte de la coparticipación federal de impuestos que lleva adelante el señor Milei contra toda norma y derecho, y que ha hecho que la provincia, a pesar de que nada en regalías, deba ajustar algunos gastos para poder asumir todo lo que el gobierno federal le ha quitado y le quita día tras día cual hábil carterista.

Para colmo de males, en estos mismos días tomó estado público que Ruiz designó al menos diez familiares (!!) en su planta política, algo que hasta ahora no ha sido desmentido por la interesada.

Respecto del fondo de reserva, Ruiz primero se negó y luego se reservó la posibilidad de administrarlo. La vice se atajó argumentando que los necesita para dar ayudas, obras y “atenciones” para municipalidades y recordó que otro tanto hicieron sus antecesores en el cargo. “¿Por qué si siempre se hizo yo no puedo hacerlo?”, reflexionó.

Aunque la facultad para administrar los recursos es de resorte de cada uno de los poderes del Estado y en ese sentido le asiste la razón a Ruiz, el objetivo no se puede alcanzar sin el apoyo de la mayoría de los diputados.

Lo que en realidad se está discutiendo en este asunto es quién, en la provincia de Neuquén, tiene la última palabra en el uso y manejo de los recursos, algo que sin duda es uno de los aspectos cruciales, si no el que más, del ejercicio del poder.

En realidad las diferencias entre Ruiz y el Ejecutivo son casi una novela por entregas, y se manifestaron tempranamente en la alianza Comunidad que llevó al poder a la actual gestión.

Cuando Figueroa andaba recorriendo los barrios con su vieja estanciera ploteada con la leyenda “Neuquinizate”, acudió a la entonces intendenta de Plottier con el ánimo de darle un barniz más institucional a su campaña y de paso valorizar su propuesta exhibiendo a una mujer como compañera de fórmula.

Pero en realidad los problemas entre Ruiz y “Rolo” comenzaron muy pronto, cuando se trató de elegir el candidato/a a intendente/a que iba a suceder a la actual vice en Plottier.

Ruiz forzó la situación al imponer a su candidato, Luis Bertolini, y Figueroa que tenía in pectoreel nombre de su incondicional colaboradora Julieta Corroza, terminó absorbiendo el golpe para no fracturar la joven alianza política.

Con todo, la devolución de gentilezas no se hizo esperar. En medio de una transición tan larga como melosa con el antiguo gobernador Gutiérrez, éste último aprobó laley que creó el fondo de estabilización de marras, por el cual la Legislatura pasó de recibir el 7,5% al 6% de la coparticipación.

Aunque en ese momento Ruiz encajó el marronazo sin comentarios, ahora que la situación se revierte, en última instancia por obra y gracia del despojo que lleva adelante el gobierno nacional, la vice ha visto sin duda la oportunidad de resarcirse de aquel disgusto disponiendo plenamente de los recursos del legislativo.

Así las cosas, el presupuesto legislativo quedó suspendido en un limbo del que ninguno de los interesados parece dispuesto a rescatar.