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El 18 de octubre de 2024 murió Ginés González García. Un día después del Día de la Lealtad, falleció uno de los próceres de la salud argentina, que justamente, fue un ejemplo de lealtad a la preservación y cuidado de ese bien tan preciado. Ginés fue sin dudas, un sanitarista de excepción, un docente carismático y un formador de conductores con una mirada abarcativa del campo de la salud. Mostró siempre su predisposición para analizar, debatir e intervenir, pudiendo dialogar y reconocer la capacidad de compañeros de ruta de distintas extracciones políticas, como por ejemplo el exministro de salud Aldo Neri.
Fue injustamente vilipendiado en sus últimos años de vida, privándolo del reconocimiento que merecía por sus aportes al sanitarismo nacional.
A finales de los 90’, cuando en el mundo se debatían intensamente procesos de reforma de los sistemas de salud, a contramano del contexto nacional de corte neoliberal, Ginés González García junto con Federico Tobar publicaron un libro en 1997, titulado “Más salud por el mismo dinero”. Sostenían que “es mejor producir salud que consumir atención médica”y que “una política de salud y un sistema de provisión de servicios de atención médica es un formidable instrumento de disminución de inequidades, que en salud no solo son injustas, son inmorales”.
Argentina, afirmaban, necesitaba una auténtica reforma del sistema de salud, integral e integrante, que tuviese en cuenta “además de los aspectos económicos, los epidemiológicos, culturales, organizacionales y la compleja determinación de los procesos de salud y enfermedad”.Allí donde los sanitaristas veían un problema de equidad en el acceso a los servicios de salud, los economistas identifican exclusivamente problemas de costos prestacionales. Por esa razón en esos procesos de reforma, que siguen siendo necesarios, el rol del Estado es central ya que “los mercados se salud están plagados de imperfecciones”.
En 2002 González García fue convocado para sumir el Ministerio de Salud de la Nación en el marco de una profunda crisis económica y social. En una Argentina con altas tasas de desempleo y pobreza consecuente, la prioridad del gobierno estuvo centrada en operar sobre los grandes determinantes para incrementar calidad de vida, esto es trabajo e inclusión Si bien se trató de intervenciones ajenas al sector, desde la perspectiva de la salud colectiva se rescatan por su fuerte impacto positivo.El Plan Federal de Salud, impulsado por el ministro Ginés González García en el marco del recuperado Consejo Federal de Salud, fue propuesto como un sendero de reformas que con sentido proactivo avanzara hacia estadios superadores. Pretendió ser una señal y el instrumento de una organización que no se conformaba con resolver lo urgente y ponía la mirada en el mediano y largo plazo, para consolidar un sistema de salud articulado, equitativo, calificado y eficiente.
Durante esa gestión, que culminó cuando Néstor Kirchner dejó la presidencia en 2007, se impulsaron programas verticales de fuerte impacto en las provincias. Un claro ejemplo fue el Programa Remediar que facilitó el acceso a medicamentos esenciales a través de centros de atención primaria de la salud en todo el país, resolviendo una cuestión central para el proceso de atención, y que llevó a incrementar en forma notable el número de consultas en los centros de atención primaria
A ese programa se sumó la aprobación de la ley de prescripción de medicamentos por nombre genérico, que tuvo impacto en los indicadores económicos relacionados con salud, además de aportar racionalidad al acto médico. Otro fue el Programa Médicos Comunitarios destinado a formar profesionales del primer nivel de atención e insertarlos en distintos puntos del país con financiamiento a cargo del nivel nacional. En el marco de ese programa, 9.000 profesionales desarrollaron en 2.100 centros de salud, actividades asistenciales de prevención y promoción de la salud con participación comunitaria. Se formaron en total más de 10.000 profesionales, muchos de los cuales fueron incorporados luego a los planteles de las jurisdicciones municipales o provinciales.
En forma paralela, durante este periodo se abordaron temas postergados hasta ese momento por la salud pública, como los relacionados con la salud sexual y reproductiva, que concluyeron entre otras cosas en la Ley Nº 25673 de creación del programa nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.
Durante la gestión de Ginés González García se inauguró en 2007 el Hospital de Alta Complejidad El Cruce, en la localidad bonaerense de Florencio Varela. Con financiamiento nacional, se constituyó en el hospital de mayor complejidad del país, con una modalidad de trabajo en red para cubrir un vasto sector de la provincia más poblada del país, pero además ser referencia nacional tanto en lo asistencial, como en capacitación de recursos humanos en salud.
Doce años después, González García sabía que al ser nuevamente designado ministro le esperaba una dura tarea. Reconquistar el rol de rectoría de un sistema de salud fragmentado, recuperando el ministerio que había sido degradado a secretaría por el gobierno anterior, saldar deudas equivalentes a tres meses del presupuesto anual del ministerio reflotando programas desmantelados (salud sexual y reproductiva, género y diversidad, enfermedades por vectores, HIV, etc.) y revalorizar institutos esenciales como ANMAT y ANLIS, era de por sí, una tarea compleja.
Al asumir la función, en forma urgente se debió recuperar el Programa Nacional de Inmunizaciones, para hacer frente a un brote de sarampión sin precedentes en la última década, pero enseguida el coronavirus ocupó toda, o al menos, gran parte de la atención.
Se tomaron muchas decisiones en poco tiempo que apuntaron a fortalecer un sistema de salud debilitado que requería de una conducción con visión federal para enfrentar la pandemia.
En la carta donde elevó su renuncia al cargo, Ginés González García dio cuenta de que se elaboró el"Plan Estratégico Nacional para COVID-19, se generaron recomendaciones y protocolos específicos, se puso en marcha el programa ‘Detectar’ en el AMBA y luego del ‘Detectar Federal’ en el resto de las provincias”. Durante la pandemia el ministerio a cargo de González García compró y distribuyó a las jurisdicciones equipamiento médico, medicamentos, equipos de protección personal e insumos críticos de diagnóstico; y mantuvo un apoyo técnico activo y continuo, sosteniendo una comunicación fluida con todos los gobiernos provinciales y las obras sociales. Se apoyó al sector privado y de la seguridad social a través de subsidios, préstamos de respiradores y gestión coordinada de recursos y “se aprobó el ‘Plan Estratégico para la vacunación contra la COVID-19’ para inmunizar al 100 de la población objetivo en forma escalonada, de acuerdo con la disponibilidad de vacunas y la priorización de riesgo”.
En contexto pandémico se fortaleció la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Dr. Carlos Malbrán y la red de laboratorios de producción pública de medicamentos. Refiere González García que “el Ministerio de Salud adquirió un total de 4.136 respiradores, lo que permitió incorporar 4.026 camas de unidades de terapia intensiva para adultos, produciendo un aumento extraordinario del 47%. Eso generó además un fuerte aumento de la equidad, porque además de haberse priorizado las provincias que disponían con menos recursos, la participación del sector público en el total de camas de UTI adulto pasó del 28 al 40%. Hoy podemos decir con orgullo, refirió González García, que el acceso y la calidad a la atención de pacientes con COVID-19 fue igualitaria en todo el país y la condición económica no fue obstáculo para ningún argentino o argentina.Estas y otras acciones se inscribieron en un plan integral que buscó sumar recursos y articularlos de acuerdo con la situación epidemiológica de las zonas más comprometidas, sin poner en riesgo otras, ni disminuir su capacidad de respuesta”.
Por último, el ministro renunciante apuntó que “el Ministerio de Salud organizó debates amplios y plurales con sociedades científicas, universidades y organizaciones de la sociedad civil, no solamente para acordar una política federal ante la pandemia, sino también para impulsar la sanción de la ley de acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo y a la atención post aborto, y la ley de los mil días”.
Pasaron más de dos décadas, desde aquel libro mencionado, y pandemia mediante, la impostergable necesidad de avanzar hacia un sistema integrado de salud vuelve a la agenda política. Se trata de un proceso complejo, como intrincada y plagada de intereses muchas veces contrapuestos, es la arena donde se dirimen las motivaciones de tantos actores. Articular ese proceso requiere de conocimiento del campo, experiencia de gestión y capacidad de diálogo para la construcción de consensos.
Ginés González García fue en esa etapa de excepción, responsable de iniciar la reconstrucción de un sistema de salud con la misión de dotarlo de mayor equidad, acceso y calidad. Su desplazamiento, en el marco de un episodio, que claramente fue utilizado para desprestigiarlo injustamente, dejó un espacio vacío que no pudo suplirse.
Argentina tiene con qué y con quienes avanzar hacia un estadio superador en salud, si con humildad asumimos los errores y nos nutrimos de lo mejor de quienes nos precedieron en el camino, incluyendo sin dudas, al Dr. Ginés González García.
Daniel Esteban Manoukian
Chos Malal, Neuquén, octubre de 2024
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