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Columnistas
29/09/2024

AC/DC

AC/DC | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Ya lo analizaron Kissinger, lo advierte Putin, lo denuncia Roger Waters y lo dicen Scott Ritter, Maduro y también China. Y lo dice Trump: de idiotas está pavimentada la autopista al infierno*.

Oliverio Jitrik

El permiso de la OTAN, en las semanas recientes, para que Ucrania ataque a la Rusia profunda con armas occidentales motivó una respuesta muy clara de Moscú: un ataque de Kiev con el apoyo de potencias nucleares será visto como un ataque de este conjunto. Y, un ataque de este tipo, autoriza de ahora en más el uso de armas nucleares contra dichos perpetradores. Esta posibilidad debe ser, como afirmó Medvédev, “motivo de reflexión no sólo para el podrido régimen neonazi, sino también para todos los enemigos de Rusia que empujan al mundo hacia un desastre nuclear". Se trata del punto principal de lo que constituye la nueva doctrina nuclear de Rusia. Para el irreflexivo colectivo que impulsa toda esta masacre, el mensaje de Rusia parece no producirles el menor escozor y, más bien parece ir gestándose en sus gabinetes un inevitable ingreso a la “Highway to Hell”, como rezaba aquella famosa canción australiana.

Si bien es claro que Rusia mantiene en el frente ucraniano una estrategia de desgaste y no parece afectar apuro alguno y, aunque la invasión a Kursk llevó el conflicto a un escalón arriba, la situación parece estar controlada. Sin embargo, todo indica que la participación directa de la OTAN advertida en sus consecuencias por Rusia ya empezó: el ataque con drones y/o misiles a un depósito de armas en el Oblast de Tver, es decir, a corta distancia de Moscú (400 km), puede ser el primero de la nueva camada de ataques ya directos de la OTAN, con sus misiles firmados por congresistas de Washington. El proyectil/dron impactado bien pudo haber sido lanzado/despegado desde Letonia o desde cualquiera de las bálticas republiquetas remolacheras neonazis tan acariciadas por las democracias occidentales. Rusia, con prudencia, lo ha soslayado. Tendrá sus razones. Pero la nueva doctrina rusa se configuró, o se aceleró seguramente después de este ataque, del que algunos dicen que puede haber desencadenado una explosión termonuclear de la mínima potencia posible. Con algunos pocos kilotones, pero suficientes para generar una conflagración que, según las imágenes trascendidas, se emparenta con la que produce la fusión de isótopos del hidrógeno.

A la estupidez masiva de occidente todavía no se les ocurre pensar qué habría ocurrido si alguien hace estallar un dispositivo de este tipo en, digamos, Roanoke, Virginia, a casi 400 km del Capitolio: está completamente naturalizado en sus cerebros que esto puede hacerse a cualquier país excepto del que, por décadas, han depositado sus fantasías: “le americane”. En fin, excluida cualquier posibilidad de entendimiento, cuando todo suceda morirán junto con todos nosotros pero, eso sí, acurrucados en la tibia frazada de la ignorancia.

¿Será entonces posible que los Estados Unidos estén creando las condiciones de un “first strike”? ¿sería la idea provocar a que Rusia ataque -de acuerdo a la nueva doctrina- a Kiev y a bases de lanzamiento de la OTAN en sus países y, entonces, producir a su vez una respuesta letal contra Moscú pensando en que, con cierto margen de probabilidad, el territorio de los Estados Unidos no sufra ataques que no lo lleven a la edad de piedra? ¿estaría anulada del todo la noción de suicidio colectivo? Estos escenarios apocalípticos dejaron de ser solamente guiones de películas de la post Guerra Fría, cuando salíamos de ver “El Día Después” con el pecho oprimido. Pero en ese momento gobernaba Ronnie Reagan, que tenía claro que existía un equilibrio intocable con el Pacto de Varsovia y quien, comparado con esta banda de “neocons” era, sin duda, Bertrand Russell.

Y, tal como el incansable J Walker del popular etilo escocés, los neofachos de Occidente siguen y siguen. En medio de los bombardeos constantes a Beirut que han causado cientos de muertos, hoy 27 de septiembre Israel atacó un puesto sirio en la frontera sirio-libanesa. Decidido a todo, el régimen sionista será la chispa sur del conflicto de proporciones inimaginables que todavía al día de hoy no ha sucedido. En Tel Aviv se limitan a protestar porque Bibi Netanyahu no negocia con los gazatíes por los rehenes. ¿Cuándo lo va a hacer si ya lanzó la guerra en Líbano y acaso ya en Siria? Bibi no es más que una versión moishe y más seria del vasallo de Kiev, que operativa y convenientemente ha sido concebido por el establishment como otro “judío”. Pobres los judíos del mundo, en boca de esta banda de criminales: haciendo una vez más de la Shoah una opereta, en Polonia ya se organiza la conmemoración de los 80 años de la liberación de Auschwitz, en enero del 45. Pero sin los liberadores, por supuesto. Como denuncia Vucic (presidente de Serbia), el polaco de turno no dudará en invitar, en cambio, a los verdugos: los ucranianos de costumbre.

Ya lo analizaron Kissinger, lo advierte Putin, lo denuncia Roger Waters y lo dicen Scott Ritter, Maduro y también China. Y lo dice Trump: de idiotas está pavimentada la autopista al infierno.

* Expresión tomada de “Highway to Hell”, canción del grupo británico-australiano AC/CD.

29/07/2016

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