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El cotilleo entre el senador Mayans y la vicepresidenta Villarruel, se parece al juego del abrazo del oso: Por debilitar a Milei o asegurarse un lugar en la negociación por la conducción del país, si Milei es desplazado antes de que se cumpla su período constitucional, algunos peronistas intentan cooptar a Villarruel.
Milei está perdiendo adhesiones velozmente, su gestión comienza a ser cuestionada por quienes componen sectores del empresariado y ni hablar de lo que expresa la gente acerca de la carestía de la vida. Pareciera que su puesto se tambalea y algunos piensan en quién podría ser su reemplazante.
Están los que dicen que si MIlei es desplazado constitucionalmente, también debería irse su vice presidenta, pero eso no es más que una expresión de deseos. Si se va Mliei la reemplazante natural es la vicepresidenta Villarruel, que no tiene estructura política que la respalde y probablemente el peronismo aspire a ocupar ese lugar, en una especie de entrismo institucional, ofreciendo nombres para ocupar cargos y funciones en ese nuevo, eventual gobierno, como ya lo hizo Macri con Milei.
Para este desarrollo Cristina Kirchner ya se ha expresado diciendo que el que crea que Villarruel es peronista requiere una pericia psiquiátrica.
Esta política de llenar los vacíos que por una u otra razón se presentan en el devenir de la política es de vieja data y la historia ofrece ejemplos categóricos al respecto.
Cuando el general Perón estaba en el exilio algún líder sindical pactó con los militares de turno ofreciéndose como alternativa, desconociendo a Perón.
No le fue bien siendo desautorizado a invocar al peronismo como aval a su postura que fue juzgada como traición por las formaciones especiales que lo terminaron asesinando.
En el peronismo esto sirvió como escarmiento para todos aquellos que creyeron que podrían quedarse con su legado
y dio pie a largos años de plomo.
Ahora Perón ya no está y la herejía de asumir el liderazgo del movimiento, carece de represalias como la referida. Es más, se buscan candidatos para que lo conduzcan, pero quedaron las huellas de aquellas aventuras tan osadas.
Las tendencias sectarias del peronismo están siempre celosamente resguardadas. No obstante la organización de frentes populares tuvo habitualmente al peronismo como actor hegemónico.
La complejidad que se le presenta al peronismo para volver al poder es muy grande porque aparece como fuerza de magnitud innegable pero insuficiente para triunfar a través del pronunciamiento electoral. Se requiere el aporte de otras fuerzas que sumen y generen una tendencia en el campo popular.
Y en ese revoleo de atraer aliados y contar con compañeros de ruta en un eventual gobierno, no todos los peronistas con autoridad aceptarían lo que pueda aportar la vicepresidenta Villarruel.
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