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17/04/2023

La seducción de lo nuevo

La seducción de lo nuevo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La idea de lo nuevo capta las expectativas, más allá de que la sociedad atraviese una crisis o exista cierta prosperidad. Ocurrió con Macri en el 2015 y ahora con Rolando. Que vaya a haber un cambio en serio es otra cuestión.

Héctor Mauriño

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Ayer en Neuquén hubo un cataclismo.

Se impuso la idea de cambiar, la seductora posibilidad de participar de la interna del partido que gobierna hace 61 años y desplazarlo de la escena. La posibilidad de deshacerse de un sector, el “Azul”, liderado por Jorge Sapag, que ejerce el poder sin interrupción desde hace 15 años.

La idea de lo nuevo capta las expectativas de la gente, más allá de que la sociedad atraviese una crisis o exista cierta prosperidad. Ocurrió con Macri en el 2015 y ahora con Rolando. Que vaya a haber un cambio en serio o que todo termine en una frustración es otra cosa.

Además, ayer se impuso una figura con cierto carisma ante un adversario con un perfil técnico, poco político. Ganó una figura que produjo un gesto de autonomía frente al poder de su partido ante otra sospechada de querer ejercer un poder vicario.

La otra lección de la víspera es que si bien el aparato puede ganar no siempre lo hace: cuando la gente quiere otra cosa pierde, aunque la maquinaria pueda resultar arrolladora cuando la gente coincide con quienes la manejan.

La gran pregunta que queda flotando en el aire es si ganó la oposición o ganó el MPN, otro MPN, díscolo, pero MPN al fin. ¿Surgirá un nuevo liderazgo en el partido que gobierna desde hace más de medio siglo, o ese liderazgo se consolidará como algo externo, novedoso y dotado de otros atractivos?

Está claro que en los partidos hegemónicos los cambios vienen desde adentro y acá se verificó una vez más, pero Figueroa ¿va a gobernar con los sectores que le prestaron su voto de manera pragmática, para ganar nomás, o se va a terminar por poner de acuerdo con su viejo partido y gobernar, una vez más, con él?

Lo cierto es que Figueroa ganó con poco voto propio, de Comunidad de Desarrollo Ciudadano, del sobischismo, es decir del MPN disidente y el triunfo se lo dieron sobre todo las colectoras, la derecha macrista, los radicales y la diáspora peronista.

No por nada Macri y Rodríguez Larreta se apresuraron a saludarlo, algo que Rolando tal vez preferiría pasar por alto o que no se note demasiado.

Por lo pronto falta mucho para que Figueroa asuma -una eternidad para los tiempos políticos y económicos de la Argentina- y cuando lo haga habrá un nuevo gobierno nacional. Los condicionamientos para el nuevo gobernador no serán los mismos si gana la derecha que si gana el Frente de Todos.

Ojo: no sólo la derecha apoyó a Figueroa, también recibió alguna ayuda de sectores del gobierno nacional. Se manejaron al respecto los nombres de Massa, Santiago Cafiero y la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz.

Figueroa sacó 147.000 votos y Marcos Koopmann 137.000, la diferencia a favor del primero es de 10.000. Pero del total de votos obtenidos por el ganador sólo 36.000, o la mitad si se quiere, son totalmente propios, el resto son de las listas espejo y las colectoras.

Desarrollo Ciudadano le aportó 17.000, el Pro otros 17.000, Lucas Castelli y Ana Servidio 16.000; el Partido Socialista otros 9.000. El Frente Grande, escindido del FdT, 12.000.

La impresión es que Figueroa ganó en parte con los votos de la derecha -Pro y radicales- (Cervi salió quinto detrás de Eguía) y en una proporción bastante menor con los del FdT. Pero si se tiene en cuenta que Rioseco sacó un 12 % de los votos y en 2019 había sacado un 26% no hay más remedio que concluir que hubo fuga espontánea de votos de ese sector, a Figueroa en mayor medida pero también a Koopmann. “Voto útil” que le dicen.

Figueroa ganó en Centenario, Chos Malal, Junín, San Martín, Villa La Angostura (lugares estos últimos donde suele ganar la derecha); en Añelo (a pesar de los petroleros). Pero también ganó en capital 35% a 29. Koopmann estuvo 13 puntos abajo de Gaido (42% a 23 % de Juan Peláez).

¿Se asoma ahí también un nuevo liderazgo, el de “Mariano”? ¿Podrá sobrevivir al rolandismo?

Desde la oposición los grandes derrotados son el FdT y JxC. El primero porque no hubo conducción, ni democracia interna; se especuló hasta último momento con la zanahoria de “Rolando”, hubo “dedo” y no se hizo nada para evitar la diáspora.

En JxC porque esa fuerza se fragmentó entre los que se subieron al tranvía Figueroa y los que apostaron a la ultraderechización. La ultraderecha tuvo buena cosecha, una expresión de la bronca y un logro de la antipolítica, pero también resultado del fracaso estrepitoso de la gestión macrista de 2015 - 2019.

Preocupa cuánto puede tener esta elección de anticipo de lo que ocurrirá este año en las elecciones nacionales.

29/07/2016

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