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24/12/2022

Argentina y la utópica unanimidad de la alegría

Argentina y la utópica unanimidad de la alegría | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.
Foto: Gentileza

Nadie niega que mañana hay que seguir trabajando pero con el recuerdo de la gloria en la mochila cotidiana.

Osvaldo Pellin

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Claro que no todos se alegraron, es más, hubo quienes no desearon que ganara el seleccionado argentino, por juicios apresurados o directamente errados, dichos con anterioridad a los juegos acerca de dirigentes y jugadores, ya sea por razones especulativas que no vale la pena puntualizar, pero que son presumidas fácilmente.

Lo cierto es que la enorme adhesión de millones de personas a lo largo y a lo ancho del territorio nacional a favor del ansiado éxito futbolístico de Argentina en este Mundial, terminó siendo un hecho ampliamente advertido por la gente a través de las emisiones televisivas.

El público, por intuición o por ondas invisibles, fue notando que el éxito final era posible y se asoció a la fiesta de cada encuentro jugado en Doha.

Se encontraron en la calle haciendo pata ancha con banderazos argentinos, con canciones que le pusieron música y alegría al entorno humano de los juegos.

Por su parte el team se fue afianzando a lo largo de los partidos empezando por haber obtenido el título de campeón sudamericano en el mismísimo Maracaná y orilló con entereza la inesperada derrota con Arabia.

Lo dice bien claro lo que en tono de marcha popularizó el conjunto las Moscas, Muchacho, nuevo himno nacional y popular. En ella con realismo se canta la necesidad de ganar alguna vez, que los laureles del triunfo resulten aceptados por todos o que al menos aquellos que no se identifiquen traten de no masacrar su ansiada llegada.

Se exalta la necesidad de unir a Maradona con Lionel comparación que luego del título ganado por Lionel, pasa a ser, no una competencia de más y de menos para ser una potenciación entre iguales.

Hay algo que el público argentino percibió desde el comienzo, la calidad del juego del equipo, la correlación entre el líder y el equipo, en una conjunción francamente productiva y apostó a que esta selección estaba en condiciones de obtener el título. 

Esa percepción se convirtió en energía positiva que se asoció a un equipo que supo procesar hacia adentro los lógicos conflictos de una convivencia competitiva. Significó en suma que fueron vistos por todos el objetivo con el que ganaría el conjunto de personas comprendidas en la empresa de obtener el Mundial y adhirieron a él.

¿Qué hacer ahora con esta alegría, con esta unión, con este amor a los colores patrios?

Todos dicen, disfrutarla, entonces nos preguntamos por el valor de lo efímero que no por serlo no deja huellas gratas en todo un pueblo. Es posible que pueda agregarse que lo perdurable no niega el momento de la felicidad. Algo nos habrá pasado que pudo suspender nuestro acceso a la alegría que ahora parece encontrarla al unísono todo un pueblo, como la celebración de la paz después de una guerra. Nadie niega que mañana hay que seguir trabajando pero con el recuerdo de la gloria en la mochila cotidiana.

29/07/2016

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