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Un manojo de palabras que valen una montaña, dirá Jorge Areta ante su público en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires sobre la poesía de Joaquín, su padre desaparecido a pocos días de finalizado el mundial de fútbol de 1978. También hablará del valor de la lucha de su generación -la de quienes eran jóvenes en los años noventa- , establecerá la honestidad como punto de partida de la verdadera poesía y aludirá al diálogo de sus poemas con los de Joaquín, reunidos en el libro Siempre tu palabra cerca, y del regreso de uno de esos textos, “Quisiera que me recuerden”, en la voz de Néstor Kirchner un día de mayo de 2005. Es un ejemplo, quizá piense Areta hijo, de cómo la poesía “va buscando su lugar de maneras insospechadas”.
Quisiera que me recuerden
sin llorar ni lamentarme.
Quisiera que me recuerden por haber hecho caminos,
por haber marcado un rumbo,
porque emocioné su alma
porque se sintieron queridos,
protegidos y ayudados,
porque nunca los dejé solos
porque interpreté sus ansias,
porque canalicé su amor.
Quisiera que me recuerden
junto a la risa de los felices,
la seguridad de los justos,
el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden
con piedad por mis errores,
con comprensión por mis debilidades,
con cariño por mis virtudes.
Si no es así, prefiero el olvido,
que será el más duro castigo
por no cumplir mi deber de hombre.
El poema figura en una pequeña libreta roja de 40 páginas marca Norte en la que Joaquín Areta escribía casi cotidianamente, en medio de la urgencia de su vida. Esuna poesía condensada por esa urgencia, una escritura breve y apurada por la necesidad de pintar en un solo golpe de vista una realidad o para declarar adhesiones, compromisos, militancias. Esa libreta atravesará décadas y aparecerá, transformada en libro, en 2011.
Jorge Areta, el hijo de Joaquín, asegura que la poesía está en la agenda de lo cotidiano, y de lo político. Dice que los poemas de su padre y los suyos se llevan bien y así, sus libros viajan juntos. Cierto, Jorge recogió el diálogo iniciado por su padre y le respondió con su poemario El hijo del poeta, terminado en 2014. Demoró su edición hasta 2021 y luego, aflojados los cuidados de la pandemia, organizó un ciclo de presentaciones por varias ciudades del país. En Neuquén, lo leyó en la Universidad Nacional del Comahue el 30 de septiembre pasado, acompañado por los músicos Gabriel y Fabián Henríquez y Miguel Sprumont. Habló allí de la relación de sus poemas y su escritura con la de su padre ante un auditorio que colmaba las instalaciones del salón azul de la biblioteca universitaria.
El hijo vuelve una y otra vez a los poemas del padre, Y, en la primera parte del libro, responde, interviene, se acerca y se aleja, reivindica la “acción directa” realizada por el grupo, el colectivo, y construye una estructura poética que disuelve la distancia y las dimensiones de tiempo y espacio. Todo es puro presente, y uno y otro se encuentran en un diálogo que los trasciende. Dice Jorge en su El hijo del poeta:
Yo no pude
como mi padre
quedar detenido
para siempre
en el instante
mismo
del vértigo
hice un dibujo
en las piedras
antes de partir (Vértice -Pulsión-)
**
Una vez que hay
una Pasión
a la que entregar
todas mis armas
voy a vengarte
seré tu legado
pero no encuentro
en los 7000 cuadernos
que escribí
algo
parecido
a lo que dejaste
previsto
en diez renglones (Pronunciamiento)
**
Dejaré mi ofrenda
fisurada en la estampida
transpirando
el whisky de otro
después
soñaré algo
que al final no cuente
otra vez tu historia
esa será mi misión
arder en la deriva
y desolar(Ceremonial)
**
1
Finalmente puedo dialogar con vos como lo que
siempre fuimos:
Yo el hijo de un amor invencible, la sonrisa del
león pequeño, la deuda derramada en la sangre del
hermano muerto, la del hombre hasta el final -o el
olvido-y el nombre de guerra repetido en el orgullo
de los propio, J.
La palabra como acción directa,
en el nombre de un hombre
todos los hombres; (El diálogo, fragmento)
**
Adela Segarra, la compañera de Joaquín y madre de Jorge, conservó la libreta hasta que, en 2010, se transcribió y editó como libro con el título Siempre tu palabra cerca.Apareció en la colección Los Detectives Salvajes de la editorial Libros de la talita dorada que, en La Plata, publicó también “otras voces recuperadas”, según el poeta Julio Axat. Esas publicaciones, asegura Axat, constituyen un canon que integran Versos aparecidos, de Carlos Aiub, desaparecido en 1977; En la exacta mitad de tu ombligo, de Jorge Money, asesinado por la triple A en 1975; Hubiera querido, de Rosa María Pargas, desaparecida en 1978 y Cuando seas grande, de Luis Elenzvaig, desaparecido en 1977; La niña que sueña con nieves, de Luisa Córica, asesinada por la CNU en 1975; Aquello que no existe todavía, de José Carlos Coronel, asesinado en 1976.También con el título Siempre tu palabra cerca, la Presidencia de la Nación publicó, un año después, en la colección Memoria en movimiento, una edición en papel ilustración con los poemas transcriptos, la reproducción facsimilar de la libreta y fotografías de Areta. El volumen incluye además prólogos y textos críticos y comentarios, además de Axat, de Jorge Areta y de Adela Segarra y de Ricardo Forster.
Unos años antes, en 2005, la Sociedad de Escritores y Escritoras de la Argentina, SEA, presidida por el poeta Víctor Redondo publicó, en coedición con la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, Conabip, el libro Palabra viva, que recopilaba poemas, narraciones, artículos y textos varios de autores y autoras desaparecidos. El libro fue la culminación de un paciente trabajo colectivo iniciado desde la creación de la SEA. Hacia 2001 había un listado de unos cincuenta nombres y luego, una comisión de escritoras coordinada por Liliana Heer e integrada por Tununa Mercado, Laura Yasán, Mónica Sifrim, Cristina Siscar y Elena Cabrejas, realizó la búsqueda de textos y elaboró las biografías correspondientes. También hubo aportes personales -libretas, cuadernos, manuscritos de los desaparecidos-, recopilación de textos en libros, revistas y folletos publicados durante y después de la dictadura cívico-militar, y ese material, de 103 detenidos-desaparecidos, fue la base de Palabra viva.
En la Feria del Libro realizada en Buenos Aires ese año, la SEA y la Conabip presentaron el libro. El acontecimiento ya trascendía lo meramente literario y se había convertido en un hecho político cuando el entonces presidente Néstor Kirchner leyó el poema de Joaquín Areta.
Joaquín Enrique Areta nació en 1955 en Monte Caseros, Corrientes. A los 13 años se trasladó a La Plata e inició sus estudios secundarios en el Colegio Nacional. A los 16 años comenzó su militancia en el Movimiento de Acción Secundaria (MAS) y luego se integró a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). En 1973 ingresó a la carrera de Medicina. En 1974 formó pareja con Adela Segarra.
En diciembre de 1976 murió en combate su hermano Apiña y en 1977 nació su hijo Jorge Ignacio. El 29 de junio de 1978, a los 22 años, es detenido-desaparecido en una cita en Capital Federal.
Ver más en:
Jorge Areta, El hijo del poeta, La Plata, Bs.As., Pixel, 2022
Joaquín Areta, Siempre tu palabra cerca, Bs.As., Secretaría de Comunicación Pública, Presidencia de la Nación, 2011
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https://www.youtube.com/watch?v=70M7lnuj3ho
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