-?
 
 
 
Columnistas
16/10/2022

El cumpleaños de Adán

El cumpleaños de Adán | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Debería existir un día al año dedicado a la fraternidad humana, en la que nos recordara de que somos todos hermanos, con derecho a la libertad y a la igualdad y con capacidad de soñar. Ese día bien podría ser el 23 de octubre, fecha en que durante un tiempo un sector de la humanidad creyó que era el comienzo de nuestra existencia como especie.

Humberto Zambon

[email protected]

En 1644 el profesor John Lightfoot, vice rector de la Universidad de Cambridge, llegó a la conclusión, luego de exhaustivos estudios bíblicos y tediosos cálculos cronológicos, que Adán fue creado el 23 de octubre del año 4004 antes de Cristo, a las 9 de la mañana (para nuestro huso horario sería las 3 de la mañana).

Dado la autoridad científica que representaba el autor, muy pocos deben de haber dudado en su época de la exactitud de sus cálculos.

Es decir, según este estudio, el próximo 23 de octubre Adán, y con él toda la especie humana, cumpliría 6.026 años

Claro que después de Lightfoot vinieron Darwin y los demás científicos que descubrieron sucesivos eslabones en la teoría de la evolución, los hallazgos antropológicos, el conocimiento y posibilidad del análisis del ADN, que fueron retrasando cientos de miles de años la fecha de la aparición del género humano y mostraron su íntima relación con otros integrantes del reino animal. Todo ello fue relegando a Adán a ese rincón de la memoria colectiva donde moran los mitos en desuso, como Zeus y Prometeo en el Olimpo griego, Thor, el dios nórdico, o los reyes magos con sus camellos, aunque felizmente estos últimos, como también Papá Noel, se mantienen vivos y coleando en el imaginario de millones de chicos de todo el mundo.

Hoy la ciencia nos ubica en la escala zoológica como mamíferos de la familia de grandes simios (como el chimpancé, el gorila y el orangután), género “homo” (humano) y especie “sapiens” (sabio), aparecido hace unos 200.000 años en África oriental. Cabe señalar que esta denominación de “sapiens” la pusimos nosotros, con nuestra natural modestia, y nos calificamos como los únicos animales sabios, aunque la conducta de muchos de nosotros nos haga dudar de esta afirmación.

Hasta la fecha se conocen que, a partir de un tronco común, han existido por los menos otras 7 especies de homo (“homo erectus” en Asia central y oriental, que sobrevivió unos 2 millones de años, el “hombre de Neanderthal” en Europa y Asia occidental, “Soloencis” en Indonesia y los trópicos, “Denisova” encontrado en Siberia, “Floresiencis”, especie enana desarrollada en la isla de Flores, Indonesia, y “Rudolfensis” y “Ergaster”, que quedaron en África), todas ellas extinguidas desde hace más de 10.000 años, algunas con nuestra “ayuda” en la lucha por el espacio territorial (el “homo sapiens” se ha caracterizado por extinguir fauna y flora, en un “ecocidio” que hace dudar, una vez más, de la supuesta sabiduría). De todas formas, han dejado sus rastros: según un estudio publicado en 2010, por el biólogo sueco Svante Pääbo (premio Nobel de medicina, 2022), del 1 al 4% del ADN de la población actual de Europa, de Oriente Próximo y de sus descendientes provienen de neanderthales y hasta el 6% del genoma de melanesios y primitivos australianos es denisovano. Al cruzarse con descendencia fértil, más que de especies distintas posiblemente haya que hablar de subespecies o especies en proceso de diferenciación.

Este desarrollo del conocimiento científico (provisorio, porque, como toda ciencia, se forma con sucesivas aproximaciones a la realidad en base a hipótesis y datos empíricos, con la experiencia y la práctica como criterio de verdad) implica una disminución de nuestra autoestima como especie: sería mucho mejor haber sido creados a imagen y semejanza de los dioses, como dice el mito griego o el relato bíblico, lo que nos convertiría en semidioses (¡modesta presunción!), que ser simplemente primos hermanos del chimpancé.

De todas formas, el desarrollo intelectual, que hace posible el crecimiento científico y técnico que permite al hombre el dominio de la naturaleza y la ocupación global del planeta (inclusive visitar la luna y explorar otros planetas), ha permitido también el desarrollo del arte, de la literatura y la necesidad de imaginar nuevas hipótesis explicativas sobre los numerosos misterios a los que la ciencia todavía no dio respuestas definitivas. También nos ha hecho comprender que los “homo sapiens” tenemos un origen único, que todos somos hermanos y que las diferencias en contexturas físicas, el color de la piel, las características del cabello o de la nariz son circunstanciales, producto de la adaptación durante muchos miles de años a distintos climas, geografías y recursos alimenticios, en relativo o absoluto aislamiento; aislamiento que, por otra parte, ha venido desapareciendo a pasos agigantados.

Este origen común, esta hermandad de los “homo sapiens”, ha permitido deducir (o descubrir) valores inherentes a nuestra existencia, como la fraternidad y los derechos humanos a una vida digna, con igualdad y libertad.

Y nos permite seguir soñando. Como le gustaba repetir a Ernesto Sábado (citando al poeta alemánJohann Christian Hölderlin) “somos dioses cuando soñamos y apenas mendigos cuando pensamos”.

Debería existir un día al año dedicado a la fraternidad humana, en la que nos recordara de que somos todos hermanos, con derecho a la libertad y a la igualdad y con capacidad de soñar. Ese día bien podría ser el 23 de octubre, fecha en que durante un tiempo un sector de la humanidad creyó que era el comienzo de nuestra existencia como especie. Sería un reconocimiento a todos los que sueñan, a los que elaboran el arte y la poesía y, fundamentalmente, a todas las mujeres y hombres que, a pesar del mundo en que vivimos, tenemos el coraje de soñar una sociedad mejor. Celebraríamos así el “cumpleaños de Adán” con un gran brindis universal: ¡Paz, amor y felicidad para todos! ¡Feliz cumpleaños, Adán!

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]