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Panorama Político
04/09/2022

Sin sorpresa

Sin sorpresa | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El atentado que casi le cuesta la vida a la mayor líder política de la Argentina no fue un rayo en una tarde serena sino consecuencia directa del odio sembrado por las clases dominantes, su justicia cautiva, sus medios y sus políticos. Lo raro habría sido que no hubiera pasado nada.

Héctor Mauriño

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Más allá del estupor colectivo por la gravedad de lo ocurrido, lo sorprendente habría sido que no se produjera un intento de asesinato de Cristina Kirchner, después de la andanada interminable de insultos, descalificaciones, agravios y mentiras de todo calibre que la prensa cipaya, la derecha política y el partido judicial vienen descargando ininterrumpidamente sobre la principal líder popular desde 2008, cuando se produjo el conflicto con el llamado “campo”.

Son 14 años de basura que Clarín, La Nación, sus periodistas cagatintas; los noticieros tóxicos como TN y LN más Macri; los dirigentes de Cambiemos primero y JxC después, y los jueces y fiscales lacayos de la clase dominante, guionados todos por la embajada de Estados Unidos, vienen tirando sobre la cabeza del pueblo argentino.

El intento de cargarle a Cristina el suicidio de Nisman, las muchas marchas con carteles pidiendo “Muerte a Cristina”, las bolsas para cadáveres, las guillotinas, el diputado que pidió la pena de muerte, los apelativos insultantes como “yegua” o “asesina”, y tantas otras iniquidades, han contribuido a preparar el terreno para que se dispare la violencia.

Por fortuna el atentado fracasó. Dirán que Dios es argentino, o que Cristina tiene un ángel que la cuida, pero los que inocularon el veneno de la violencia y armaron su brazo siguen ahí. JxC no pudo ponerse de acuerdo para condenar el intento de magnicidio y aunque a las cansadas sus diputados se sumaron al pronunciamiento de la Cámara, lo hicieron a condición de que no se condenara la instigación al odio.

El peligro sigue latente y el país continúa al borde del abismo por determinación de Estados Unidos, la burguesía trasnacionalizada que lo secunda y la oposición ciega que los obedece.

Ahora se ve con toda claridad. El préstamo del FMI a Macri ni siquiera fue para que ganara y fuera reelecto, a esa altura en el Departamento de Estado ya sabían que era un inútil, el crédito era para terminar de condicionar a la Argentina. Ya le ataron las manos y ahora vienen por los recursos naturales, por el litio y el gas, y no piensan ceder un milímetro porque ahí está China.

¿Y la grieta?, la grieta es un instrumento. Maquiavelo ya advertía que “un enemigo con problemas internos está maduro para ser conquistado”.

No es ninguna novedad que una de las formas de guerra económica que plantean las potencias hegemónicas para hacerse de los recursos naturales de un país débil es exacerbar las diferencias internas llevando a esa sociedad al borde del abismo. La grieta no es el resultado de la intransigencia de las partes como se pretende, es creación exclusiva de una de las partes que ya tiene el control de la economía, de la justicia y de los medios, y al que solo le resta sacar a las mayorías populares del ejercicio del poder político. Viene por la democracia.

La respuesta serena, pacífica, masiva del pueblo argentino que ayer se volcó espontáneamente a las calles de todo el país para defender a Cristina, para defender la democracia y en defensa propia, es la esperanza.

29/07/2016

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