arece mentira pero el avance de la medicina contra el Covid 19, salvo la vacuna, no ha llegado a tanto.

Lo ha puesto a prueba la pandemia.

No obstante fueron muchos los intentos por encontrar en el arsenal terapéutico conocido sustancias químicas y drogas, que pudieran ser útiles para combatir el virus causante de la pandemia.

Más que sustancias específicas contra el Coronavirus, eran deducciones que se basaban en principios útiles cuando se aplican a determinadas patologías parecidas o semejantes, que por extensión podrían ser útiles para el caso.

Muchos de esos hallazgos fueron empleados en enfermos de Covid 19 con resultados que entusiasmaron en un determinado momento, pero la mayoría no pasaron de ilusiones que pronto se vieron como decepcionantes.

Vamos a enumerar las que hoy recuerdo y veremos cuan larga es la lista y el fragante fracaso de su aplicación en humanos de cada uno de los enumerados en esta menguada lista. Sin seguir ningún orden cronológico de aparición y solo aquellas sustancias o drogas que alcanzaron notoriedad pública, con ecos en las redes sociales.

-Dióxido de Cloro e Hipoclorito de sodio (lavandina), para ingestión. Altamente tóxicos son los que produjeron la muerte de un niño en Neuquén.

-Inhalación de ibuprofeno, modificado en una solución para ser nebulizada. Tuvieron algún efecto positivo en etapas tempranas de la viremia nunca científicamente probada.

 -Antivirales: Cloroquina, Hidroxicloroquina (es el producto que promocionó en su momento Donald Trump)

-Antivirales utilizados en HIV-/Sida: Los que in vitro mostraron algún efecto fueron: Remdecivir, Favipiravir.

-Ivermectina: antiparasitario de amplio espectro utilizado en varias provincias argentinas. Las dosis eventualmente útiles sobrepasan las dosis tóxicas.

-Interferón: se está utilizando en Cuba, país que tiene mucha experiencia en el uso de los interferones sobre todo en los casos de esclerosis múltiples.

-Suero equino, extraído de personas convalecientes que padecieron la enfermedad: con experiencia nacional en el caso de la epidemia del llamado Mal de los Rastrojos o Fiebre Hemorrágica de la Provincia de Buenos Aires. Se ha extraído para dar inmunidad pasiva a enfermos de coronavirus no graves y en etapas tempranas de la enfermedad. Dan respuesta inmunológica transitoria en más del 40 % de los casos tratados.

Capítulo aparte es la vacuna, cualquiera de ellas. Hay que ver cuánta inmunidad generan y cuánto dura la misma. Al final cuántas dosis se aplicarán. Si habrá una producción suficiente para cubrir las necesidades de todos los países en pandemia. Recuerdo que cuando se trató la erradicación de la viruela, aquel programa fue financiado por la OMS y nos encontramos con muchos países, los más pobres, que nunca habían recibido la vacuna. Alcanzar la erradicación de la viruela demandó años de vacunar en todo el mundo.

Con el Covid19 es posible que pase algo parecido; años de trabajo para erradicarlo o más modestamente para controlarlo. Pero aún es temprano para un objetivo tan ambicioso porque recién estamos en la etapa de control de la pandemia, cosa que se logrará país por país. No veo todavía una estrategia simultánea y global. A partir del momento del atesoramiento de mayor cantidad de dosis de las que necesitarían si vacunaran al 100 % de su población susceptible, los países ricos acapararon una cantidad de dosis que sobrepasan sus necesidades básicas. Cae de maduro la pregunta: ¿cómo se las arreglarán los países más pobres frente a la pandemia si no tienen recursos para la compra de  vacunas, de no haber un organismo internacional que administre y regule la producción industrial y la comercialización de los distintos laboratorios que han obtenido una vacuna de eficacia probada?