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27/12/2020

A soñar un rato

A soñar un rato | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Aventuro que el deseo planetario de este 31 de diciembre las 23 horas 59 minutos será que la pandemia termine. Que la vacuna sea exitosa. Que acabe ese distanciamiento social que achicó nuestros sentidos y agrandó nuestro egoísmo.

María Beatriz Gentile *

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Despedir al 2020 y encerrarlo en el baúl de los peores años, nos dará la oportunidad de aprovechar ese tímido envión de esperanza y trazar con expectativa el 2021

Algunos deseos serán compartidos en forma casi global, otros acompañados por ciertas mayorías y unos cuantos quedarán en la bolsa de lo privado, de lo íntimo, de lo personal.

Yo haré mi propia listita.

Aventuro que el deseo planetario de este 31 de diciembre las 23 horas 59 minutos será que la pandemia termine. Que la vacuna sea exitosa. Que acabe ese distanciamiento social que achicó nuestros sentidos y agrandó nuestro egoísmo.

Que esta peste que le quitó el abrazo al saludo, el beso al afecto y la risa al rostro, desaparezca para siempre

Anhelo que el fin del aislamiento social sea el regreso del otro/ otra a nuestras vidas. Que la conciencia se vuelva a poblar de voces e ideas diversas que atenúen estos meses de autorreferencia constante, de narcicismo preventivo

Deseo que la fraternidad termine con el fantasma de la desigualdad. Y que la libertad no sea sólo la del mercado; porque ya no como predicción, sino como realidad, la pandemia generó más pobres que muertos, aunque la cifra de estos últimos es también aterradora

Por eso, la contribución de las grandes fortunas -para afrontar el desamparo social- hará que los ricos mejoren su pobreza de espíritu; y que a los que menos tienen se les compense con la moneda del César, que es la que compra los alimentos.

Un deseo recurrente, desde el 2015, es que en la Argentina no haya presas ni presos políticos. Que los 1798 días de encierro oprobioso de Milagro Sala, se terminen. Que la Justicia sea menos cortesana y que los supremos se hagan de una vez por todas, ciudadanos. Que el estado de derecho sea una certeza y que la administración de justicia abandone su esencialismo de clase

Que la mentira deje de tener patas largas y que la medusa mediática no termine por consolidar a las fake newscomo atributo de la política.

Habrá que abandonar el viejo axioma de que “el gobierno sólo se basa en la opinión” y comenzar a pensar que quienes nos gobiernan, deberían dejar de esperar que la realidad de los empresarios de la opinión coincida necesariamente con el mundo real de sus gobernados.

Desearía que esta supuesta nueva normalidad, herencia de la pandemia, tenga en cuenta también los fracasos. Que, a pesar delas nuevas tecnologías, del esfuerzo de los y las docentesy de toda una industria del conocimiento on linecon productores de contenidos que pusieron a disposición herramientas, aplicaciones y tutoriales, nuestro sistema educativo demostró no poder replicar de manera virtual una educación presencial, ni alcanzar sus niveles.

Que romantizar la desigualdad mostrando a una niña tomar clases arriba de un techo para tener conectividad o una maestra recorrer a caballo, casa por casa, para entregar las tareas a sus alumnos, no es épico sino manifiestamente injusto.

Si es cierto que en la humanidad hay más cosas dignas de admiración que de desprecio, entonces desearía que nuestra noción supremacista para ejercer un impune y descontrolado poder sobre el planeta, desapareciera.

Y para el final deseo y espero que la maternidad sea definitivamente una elección y no un destino.

Es posible que ya no baste seguir debatiendo y confrontando información respecto a la salud pública, ni mostrando estadísticas de muertes, ni los altos números de embarazo infantil/ adolescente producto de violaciones, porque nunca se podrá despertar a quien simula estar dormido.

Y quienes simulan estarlo, saben que no se trata de un problema moral, ni religioso, sino político: todapelea por la inclusión de los desiguales perturba y desacomoda, siempre, el orden de los que se consideran iguales. Y este derecho, no escapa a ello

Que el 2021 nos encuentre despiertos y despiertas para seguir sembrando ¡Felicidades!



(*) Historiadora, decana de la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue.
29/07/2016

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