La denominación Provincias Unidas como identificación política sigue al MPN desde los tiempos de Jorge Sobisch. Cuando el exgobernador activó una olvidada carrera presidencial en el 2007 que terminó con un resultado insignificante, se presentó a esa contienda a través de un partido que llevaba por nombre Movimiento de las Provincias Unidas.

Un poco de historia. A ese sello llegó el ahora dirigente de la Democracia Cristiana luego de intentar, sin éxito, alianzas con Mauricio Macri, con el exgobernador Ramón Puerta de Misiones y por supuesto con el expresidente Carlos Menem y el puntano Alberto Rodríguez Saá. Y con un discurso antikirchnerista desde el minuto cero.

Otros antecedentes. Años antes trabajó en la construcción de alianzas parlamentarias con dos genocidas, Luis Patti, expolicía y ex intendente de Escobar, y Antonio Bussi, de Fuerza Republicana, ya fallecido, represor de la dictadura cívico militar y condenado, al igual que Patti, por crímenes de lesa humanidad.

El débil pero costoso proyecto presidencial armado por el sobischismo entre 2006 y 2007 quedó afectado por completo con el crimen del docente Carlos Fuentealba ocurrido en abril del año en que se desarrollaron las elecciones. El que decidió acompañarlo en la fórmula fue el mediático Jorge Asís y el daño político causado por aquel disparo mortal efectuado a quemarropa por el cabo José Darío Poblete fue tan grande que ayudó indirectamente al exgobernador Jorge Sapag a barrer a Sobisch del MPN y a consolidar un liderazgo interno que, al menos hasta ahora, tiene vigencia.

El MPN está afectado por la teoría del "corsi e ricorsi", los ciclos de la historia que se repiten. El partido asiste por estas horas a una prematura confrontación de las internas que sucederán en el 2022 por cargos de conducción y las candidaturas a cargos provinciales para el 2023. No se discuten ideas ni proyectos, sino espacios de poder y quién lo va a liderar.

En ese contexto se inscribe el debate sobre la integración del diputado Rolando Figueroa a un bloque denominado "Provincias Unidas" que conforman, además del representante del MPN, dos legisladores de "Juntos somos Rio Negro", otra fuerza política de alcance local, y dos representantes de Misiones del "Frente de la Concordia Misionera". Nombre, aliado y resabios del sobischismo, otra vez presentes.

Las principales voces que hoy se cruzan dentro del MPN para seguir girando como el hámster en la rueda del poder vieron luz en la política de la mano de Sobisch. Es la generación joven de los ´90, algunos de ellos hijos de la estirpe partidaria. Tienen el mismo cordón umbilical y ese origen incluye tanto al diputado que esta semana juró cumplir su mandato por los neuquinos (debe ser para sostener su campaña de neuquinización) como al gobernador Omar Gutiérrez y a algunos que en la plenitud del sobischismo la remaban desde bastante más abajo, como el actual intendente de la ciudad Mariano Gaido.

También integra el grupo de los que hoy agitan el debate caliente de estos tiempos en el MPN la antigua militantes del sobischismo, hoy vicepresidenta del MPN, Gloria Sifuentes, muy atenta en este presente a lo que dice la Carta Orgánica partidaria sobre los caminos que se deben seguir antes de decidir acuerdos a nivel local o nacional con otras fuerzas políticas, un camino que Figueroa no recorrió al momento firmar (dijo ayer que se trató de un acto administrativo ad referéndum de las autoridades del MPN) la integración a un bloque que controlará cinco votos. Es un número interesante para en nombre del federalismo cotizar bien en una Cámara de Diputados que está obligada a construir mayorías todo el tiempo.