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Neuquén
01/07/2021

Las salas de teatro sobrevivieron con políticas solidarias

Las salas de teatro sobrevivieron con políticas solidarias | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Con "urgencia por trabajar", volvieron a la actividad este fin de semana. Estuvieron tres meses sin recibir público este año y ya venían golpeadas por la pandemia durante el 2020. Por falta de empleo, muchos buscaron alternativas alejadas de la cultura.

Laura D' Amico

Tras meses sin poder recibir al público, trabajadores y trabajadoras de la cultura de Neuquén retomaron este fin de semana la actividad en las salas de teatro. Con protocolos y aforos buscan sostener al teatro independiente aunque no sea rentable. Integrantes de dos salas de Neuquén cuentan cómo subsistieron hasta ahora y qué opinan de las medidas.

Con las últimas flexibilizaciones, las salas de teatro de Neuquén pueden abrir sus puertas hasta las 21 horas y con un aforo del 30 por ciento. A partir del fin de semana que viene, el horario se extenderá hasta las 22 y el aforo aumentará al 40 por ciento. Así buscan dinamizar a uno de los sectores más afectados por el confinamiento.

Cristina Mansilla es coordinadora de la sala de teatro Teneas, que no tiene programadas funciones todavía pero sí retomó la actividad de los ensayos y talleres. En diálogo con Va Con Firma, dijo que "todos tenemos una muy buena expectativa con esta reapertura. Tenemos una mirada alentadora y una urgencia por trabajar".

Señaló que en las últimas semanas abrieron una convocatoria para cubrir ocho puestos relacionados al mantenimiento, atención de sala, bioseguridad, programación, entre otros rubros, que se suman a los nueve integrantes de la comisión directiva.

"Volvemos a recibir al público con todos los cuidados", destacó y sostuvo que el retorno "en principio es tímido, porque la gente todavía se siente insegura".

Mansilla se refirió a la apertura de la sala con aforo y sostuvo que "por supuesto que no es rentable" pero agregó que "en este momento sirve quizás para subsistir".

"Estamos buscando alternativas", indicó y mencionó la inscripción de los y las artistas en "todas las convocatorias que están siendo facilitadas por los organismos de cultura para acompañar esta pandemia y esta imposibilidad de trabajar".

Recordó que cuando comenzó la pandemia "nos dimos una suerte de batalla para subsistir, se convocó a una asamblea de artistas en emergencia durante todo el año, se ofreció la cuenta del banco de Teneas para recepcionar fondos del público, de vecinos y vecinas, se dio el debate a nivel legislativo, se compartió una audiencia pública. Nos unimos con otros artistas y esto se fue multiplicando".

"Tuvimos espaldas y criterios totalmente solidarios y priorizando a las personas antes que la salas, al punto que la sala estuvo con la opción de alojar a aquellos que fueran desalojados de sus alquileres", recordó. También valoró que durante todo el año pasado "las y los socios de Teneas pusieron aportes extra para sostener a sus compañeros artistas que no podían trabajar".

Una apertura tardía

Adriana Iglesias, coordinadora de El Arrimadero, una de las tradicionales salas de teatro de Neuquén, tiene una mirada menos optimista. Para ella, la decisión de abrir las salas fue tardía. En diálogo con Va Con Firma, señaló que "hacemos una crítica a la medidas que se toman porque consideran a las salas como focos de infección, parece, porque son lo primero que se cierran, cuando los bares siguen abiertos".

"No entendemos muchas veces por qué se permiten bares y restaurantes y no se permiten las salas" enfatizó, "porque tampoco somos grandes salas. Somos salas de teatro independiente, es poca la capacidad".

Según Iglesias, con el aforo del 30 por ciento, en El Arrimadero caben unas 35 personas y la actividad no rinde. "En épocas normales cuesta sostener el teatro independiente porque de las entradas a nosotros nos queda el 30 por ciento. El otro setenta se lo lleva el grupo. Es muy poquito lo que entra e imposible pagar un alquiler", describió.

"Si no fuese porque el Instituto Nacional de Teatro nos da una ayuda y de vez en cuando la provincia, que el año pasado nos dio un subsidio por sostenimiento de espacios culturales y otro para reabrir, no podríamos funcionar", agregó.

Pese al horizonte de imprevisibilidad y la poca rentabilidad, quienes trabajan este teatro hacen lo imposible para que la actividad no se suspenda definitivamente. Así lo explicó Iglesias, cuando afirmó que "la idea es sostener los espacios y que la actividad cultural se siga dando, no dejar que esto implique el cierre total de los teatros". Apuntó que "no se puede programar mucho" pero ya están convocando nuevamente a los grupos teatrales para que lleven sus obras.

Artistas más precarizados

La imposibilidad de llevar adelante el oficio llevó a muchos trabajadores y trabajadoras de la cultura a tener que buscar una salida laboral alternativa que, en la mayoría de los casos, redundó en actividades desvinculada de lo artístico y más precarizadas.

Eluney Beltrán es actor. Hasta febrero del año pasado trabajaba en la coordinación del Espacio Teneas. En diálogo con Va Con Firma, conto que en marzo comenzó el confinamiento y junto a integrantes de otros espacios culturales comenzaron a realizar asambleas para ver de qué manera sostener la situación laboral de quienes no estaban pudiendo ejercer su labor.

De esas reuniones, integrantes de los distintos rubros del campo cultural en conjunto con diputados y diputadas de la oposición, redactaron un proyecto de ley de emergencia cultural que "quedó varado sin siquiera ser tratado en comisión".

Sostuvo que lo único que pudieron obtener "como respuesta" de parte del gobierno provincial fue el Plan de Emergencia y Reactivación Cultural, que lanzó el ministerio de las Culturas, "que a nuestra consideración fue sumamente tardío". Además, consideró que "en su planteamiento fue confuso", porque "nos solicitaron aportes a dicho plan y no fueron escuchados".

En diciembre pasado Beltrán audicionó para integrar el elenco de actores de la Escuela Superior de Bellas Artes, donde comenzó a trabajar en febrero de este año. Esto le permite tener una situación laboral más estable. Pero sabe que su situación es privilegiada porque "no hay muchos puestos oficiales donde te paguen por trabajar como actor", reconoció.

"Lo que sucedió el año pasado nos obligó a cambiar nuestra actividad laboral a otra que suele ser mucho más informal, mucho más precarizada, como vender comida, vender productos de limpieza, trabajar en otros rubros. Nos hemos visto obligades a no poder llevar adelante nuestras actividades artísticas, a buscar otras fuentes de ingreso, contó.

Por último se refirió al aforo en los espacios culturales y consideró que "sin un apoyo de parte del Estado que pueda suplir la falta de ingresos que reciben las salas y les talleristes, me parece que es una medida que deja muy desprotegides a les trabajadores y a los espacios donde se desarrollan actividades culturales".

29/07/2016

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