Condenados al éxito
04/12/2019

Mudanza

Mudanza | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Daniel Hernández

 

- Sostenga acá por favor…

- Pero qué hace.

- Juego al ping pong con Donald Trump. ¿Qué le parece que estoy haciendo?

- En principio que se está mudando.

- No suelte que si se le cae el canasto, la deuda externa se multiplica por veinte.

- Es pesadísimo, no puedo aguantarlo mucho más.

- Que blandito resultó el periodismo militante ¡mamita! No aguanta un canasto.

- ¿Me puede decir qué tiene acá dentro?

- El bien más preciado de estos cuatro años. ¿Le parece poco?

- Mire que no se puede llevar documentos…

- ¿Quién habla de documentos?

- Usted dijo… En serio... no puedo más…

- Respire hondo y exhale, respire hondo y exhale… Así, así…

- ¿Podemos ir hacia algún lado o me va a tener parado acá?

- Ah sí, claro, a la derecha. Siempre a la derecha. 

- ¿Y ahora?

- A la cuenta de tres, lo subimos. 

- ¿Adónde?

- A la carretilla que nos prestó Merkel! Al escritorio, ¿adónde lo vamos a subir?

- Voy a soltarlo, no puedo más.

- Está bien, bájelo que después viene Lacunza y se lo lleva.

- ¿El ministro de Hacienda va a acarrear los canastos?

- Es hora de que haga algo.

- Si usted lo dice… ¿Lo bajamos?

- Uy, qué pasado está, my God! Más denso que declaraciones de Monzó.

- Parece que la interna empezó antes que el verano. Voy a soltarlo, no puedo más.

- Espere, espere. Que necesitamos del esfuerzo de todos para salir adelante.

- Pero ya no puedo más.

- “Siempre se puede un poco más”. ¿Sabe quién decía eso?

- No.

- Christine Lagarde, nuestra Evita ¡Qué mujer! La van a extrañar, se lo aseguro.

- Si no baja de su lado voy a soltar el canasto, me van a explotar los dedos…

- Ya empiezan con la violencia y las amenazas. 

- No puedo más. 

- Si llegamos hasta acá no nos puede abandonar justo ahora. Apóyelo ahí.

- ¡Qué alivio! Mire las marcas que me quedaron.

- Más perdimos en estos cuatro años, se lo aseguro. 

- No me dijo qué hay ahí adentro. 

- Almohadas.

- ¿Almohadas?

- Sí- ¿Qué pone esa cara?

- Es demasiado pesado para tener almohadas.

- Una por cada día de gobierno.

- ¿El presidente usaba una almohada por día?

- Y a veces dos.

- Es un despropósito.

- Eso le parece a usted que solo duerme de noche. Imagínese si descansara a la noche, a media mañana, a la siesta y a media tarde.

- ¿El presidente dormía cuatro veces al día?

- ¿Usted fue presidente alguna vez?

- No.

- Entonces no sabe lo que se cansa uno.

- En todo caso usted tampoco lo fue.

- Pero el cansancio de Mauricio era tan grande que me pasaba un poco a mí.

- ¿Cómo que le pasaba un poco a usted?

- Y sí, veintiséis horas por día no se pueden dormir.

- Igual no entiendo cómo hizo para poner tantas almohadas en un solo canasto.

- Todos los canastos tienen almohadas.

- Es impactante.

- Somos un gobierno eficiente y profesional hasta el último día, nunca lo olvide.

- ¿Y además de almohadas qué hay?

- Una parte importante de nuestra historia reciente.

- ¿Una copia del acuerdo con el FMI?

- No, el osito de peluche que usaba Dujovne, balas de todo calibre que nos regaló Bolsonaro, la cama de clavos en la que dormía Marquitos…

- El Jefe de Gabinete dormía en una…

- Deje de hacer esas exclamaciones que nadie le va a creer que estuvo cuatro años acreditado en la Casa de Gobierno.

- Pero usted nunca me contó nada de eso.

- ¿Ah, no?

- No.

- Así es la libertad de prensa, mi viejo.

- ¿Cómo es?

- Se lo conté a su colega del diario de la cornetita. Pero no publicaron nada.

- ¿Y por qué no me lo contó a mí?

- ¿Para qué? Si a ellos no les pareció importante, a usted tampoco.

- Me hubiera dejado decidir a mí.

- No me haga escena de celos que tengo que meterme en ese canasto.

- ¿En cuál?

- En aquel, el del rincón.

- Pero se lo van a olvidar si lo deja tan apartado.

- De eso se trata.

- Usted es desconcertante.

- Y a usted hay que explicarle todo. El día que tenga que operar en la Bolsa se muere de hambre.

- Yo no voy a operar en ninguna…

- Ya, ya, ya. No me dé discursos que para eso lo tenemos a Durán Barba.

- Si se mete en un canasto alejado, tal vez lo olviden y…

- ¡Así me gusta! ¡Que caiga de una buena vez! Yo sabía que un día el fruto iba a estar maduro.

- No me diga que se va a quedar escondido en un canasto durante el próximo…

- ¡Shhh!… A usted no se le puede confiar un secreto...

- Es un disparate.

- No grite y venga conmigo. Cuando yo entre, usted me tapa con una frazada.

- ¿Para qué? 

- Ahora no puedo. La seguimos después del 10 de diciembre ¡Noooo / Nos vamos nada! / ¡Que nos saquen / a trompadas!

29/07/2016

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