El ejecutivo provincial les ha solicitado a las empresas petroleras “enfocarse en la Sustentabilidad Social”para que financien rutas, obras de infraestructura, becas de estudio, etc.… En otras palabras, les ha pedido que asuman a través de la Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial (RSC/RSE) parte de esa deuda social y de infraestructura que tiene la provincia como resultado de políticas, que hasta el momento resultan inexplicables e injustificables por los altos ingresos percibidos.

La RSC es una herramienta de participación “voluntaria” y “no obligatoria” pergeñada también por las propias empresas como una “estrategia de imagen” ante la sociedad p/mostrarse preocupadas por el bien común y el medio ambiente. En teoría, es un compromiso p/asumir los impactos que sus decisiones y actividades generan, el cual debería concretarse a través de actos transparentes y éticos en el marco de un “desarrollo sostenible”, y cumplir con la legislación. Las donaciones son un componente de la RSC p/convencer, y aquí surge la pregunta: ¿a cambio de que, las petroleras elevarían el valor de sus donaciones p/solventar gastos mayores p/ej.: rutas?

La RSC tiene otras facetas negativas que preocupan, p/ej.: podría ser utilizada como “lavado de cara” y/o “lavado verde” de la imagen empresarial p/disfrazar “acciones no sostenibles” (contaminación ambiental, explotación irracional, incumplimiento de inversiones, evasión de pasivos, etc.), bajo un aspecto ambientalista y/o social. Así, limpiarían su actividad y su imagen. Otro uso sería como moneda de cambio p/ej., p/diluir pasivos y deudas en seguridad. También se usa p/ “desgravar impuestos” por donaciones (deducen del Impuesto a las Ganancia, el 5% de ingresos netos/año).

En Neuquén no existelegislación que regule la RSC, y no es verdad que el extractivismo petrolero se esté desarrollando en un marco de “desarrollo sostenible”. La “filantropía barata” que presentan como RSC, sería una de las monedas de cambio p/saldar enormes deudas ambientales (pasivos) que las empresas tienen con la provincia. Son miles de millones U$S que este empresariado, viene anhelando evitar, y el pedido del gobierno pareciera abrirles una negociación vía “canjes”, que maximizaría ese anhelo.

¿Podría ser la RSC/RSE la forma de blanquear un mercado existente y “no declarado” como tal en la actividad petrolera, donde se enjuaguen incumplimientos de inversiones, pasivos ambientales, deudas en seguridad (tapado pozo), transferencias de áreas a pequeñas empresas, derroches de emisiones de gas, pasivos en instalaciones soterradas, etc.…?En los siguientes Cuadros I y II, se analizan algunos hechos de la realidad provincial (habría otros), que podrían abonar esta hipótesis:

Fuente: Elaboración propia con información gubernamental, varios medios de prensa y la Sec. Energía Nación (SEN).

Nota: (*) Sin información s/el valor de esta cesión; (**) El monto incluye solo aquellos casos que se pueden valorizar, pero, los pasivos y deudas de 204 yacimientos sin actividad alcanzarían cientos de MMU$S; M = miles; MM= millones.

El “pase” de áreas de grandes empresas a otras más pequeñas e insolventes, abona aún más la hipótesis del “canje”. Hace poco, una pequeña empresa (Bentia Energy) formada hace solo 5-6 meses por un ex ministro de Macri, con un patrimonio declarado de $ 30,0 MM (no compran ni una camioneta), obtuvo 5 áreas petroleras en Nqn., de las cuales una pertenece a la provincia (área Don Ruiz). Aceptar este tipo de transferencias y tampoco reclamar el área, es una señal muy clara del ejecutivo. Con este “modus operandi” transfieren pasivos y deudas de seguridad indirectamente, las que podrían quedar finalmente en la provincia (p/ej., el área El Sauce – hay más casos). El ministro de Energía de Neuquén intento justificar esta patraña con una frase un tanto capciosa: “buscanseguir manteniendo las áreas con dueños". ¿A qué costo?

Reporte de Sustentabilidad (RS): Solo algunas empresas lo presentan en sociedad, así, intentan justificarse como social y ambientalmente aceptables. Es un reporte donde dicen utilizar estándares internacionales, aunque, esto no se refleja demasiado en la realidad. Luego, “la propia empresa” le paga a una certificadora p/que lo apruebe. Así, ingresan en un ranking como empresas “amigables” con la sociedad y el medio ambiente. El RS, respondería a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados en la Agenda 2030, aunque, en Neuquén hay algunos ODS que muestran serias deficiencias en su cumplimiento (p/ej., ODS: 7, 12 y 13). Además, no es del todo cierto que “cumplen con la legislación” como apuntan en los RS, que solo resaltan aspectos positivos de la actividad. La autoridad aplicación sigue en silencio profundo.

Neuquén no tiene un “desarrollo sostenible”: ¿Qué tipo de “desarrollo sostenible” aplican las empresas en Neuquén si vienen desconociendo los pasivos ambientales, practican una explotación irracional derrochando gas a la atmósfera, incumplen deudas en seguridad ambiental, incumplen legislación y contratos? ¿Qué tienen que ver las retribuciones del gobierno apuntadas en el cuadro II (anterior), con el “desarrollo sostenible”, y/o con los principios de RSC? Sin embargo, todos los años el empresariado disimula estos aspectos con su RS y alardean con la RSC, de ser grandes cumplidores.

Los pasivos y deudas ambientales deben subsanarse, y no transformarse en moneda de cambio p/ “canjes”. ¿Será esta la razón por la que en Neuquén no se conoce un inventario s/pasivos de la industria petrolera? Además, una cosa es compensar emisiones de gases efecto invernadero (GEI) por forestación, y otra, “canjear” el despilfarro de emisiones de metano en yacimiento (explotación irracional), por becas.

Neuquén necesita una ley que regule la RSC: El nuevo paradigma de Vaca Muerta, amerita una regulación de la RSC en cuanto a: sustentabilidad social, ambiental,

económica, de derechos humanos, etc. Habría que fomentar otros comportamientos empresariales p/que los apliquen al momento de deliñar y ejecutar sus políticas. Neuquén necesita una valoración propia, más “objetiva y equilibrada” s/la RSC, donde se incorporen nuevos umbrales y otras medidas necesarias p/alcanzar un verdadero “desarrollo sostenible” y “sostenibilidad medioambiental” que hoy no tiene. Esta ley debería ser acompañada por que identifique, registre, transparente y socialice los pasivos ambientales existentes, de manera de ahuyentar tentaciones por los “canjes”.

La soberanía ambiental es un tema serio y delicado, y no debería quedar solo en manos de las petroleras y la política. La meta de este empresariado ya es conocida: “zafar” de pasivos y deudas ambientales (todos o una parte). Y por el lado de la política, esta viene agitando con discursos y exposiciones (p/la tribuna) sobre el “cambio climático” y el “desarrollo sustentable”, pero, en la práctica, se siente seducida y atraída por esa “caja” de activos (potenciales) de fácil acceso ¡y sin control!, como son las acreencias que viene acumulando Neuquén (pasivos, deudas ambientales e inversiones incumplidas).

Es todo un misterio de cómo se resolverá ese abultado diferencial (podría alcanzar miles de MMU$S) entre los totales que se apuntan en los cuadros I y II anteriores. ¿Será esta una de las razones por las que el gobierno sigue “haciendo la vista gorda” cuando de cuidar el medio ambiente se trata? Aunque, adular a este empresariado con frases como: “auspiciante diamante”, “oro”, etc., no es una buena señal p/el medio ambiente.