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Columna Invitada
13/10/2024

Epidemia argentina

Epidemia argentina | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Hace pocos días, el escritor político y activista sindical hispano-mexicano Paco Ignacio Taibo II comentó muy preocupado, en nuestros canales de televisión que Argentina estaría padeciendo una epidemia de boludismo.

Luis Grisolía

Además de una grave aseveración, es también una irrenunciable invitación a reflexionar y actuar sobre el tema.

Evidentemente se trataría de una peste instalada con premeditación y alevosía, ya que en los primeros meses del año pasado, los conductores de la derecha se dieron cuenta que el pensamiento crítico nacional constituía un grave inconveniente para el advenimiento de Milei.

Desde varios años atrás, las derechas latinoamericanas venían comprobando que se podría construir poder a partir de la debilidad política, por eso, después de tantos viajes a la tierra de Biden y Trump, soportando las numerosas visitas de la jefa del comando sur de yanquilandia, comenzó una acelerada construcción de la anti política como eje principal de la batalla por el poder en contra de los gobiernos progresistas.

Como si fuera poco, los magnates multinacionales descubrieron que, amontonando las clases medias en los grandes nodos urbanos, los trabajadores serian mucho más fáciles de manejar, controlar y también de explotar. Múltiple negocio que empezaron a aplicar sin ningún disimulo en Buenos Aires y Sao Paulo, Lima y Quito, Santiago de Chile y Santa Cruz De La Sierra; fragmentando territorios y culturas nacionales, pero sobre todo construyendo estados más chicos y rentables, basados en la inmadurez, la inconsistencia y sobre todo en la inconsciencia.

Parece que alguien les aconsejó usar la anti-política como herramienta fundamental del ajuste social y entonces, para triunfar en esa batalla cultural instalaron los gobiernos de los mercados, desarmando el estado con la ayuda formidable de los medios de comunicación y los sectores gubernamentales más antidemocráticos como el aparato judicial, las fuerzas armadas y los deformados parlamentos.

Ratazzi y Elon Musk descubrieron con una sonrisa que cuando la política está ausente, la democracia se desvanece y el recorte de los derechos resulta muchísimo más fácil y casi indoloro.

En algunos países, como el nuestro, degradaron el pensamiento político con una tribu de opinólogos urbanos, especializados en correr los ejes principales del pensamiento progresista para generar ruidos con datos y porcentajes no significativos. Así fue como ese ejército de economistas, periodistas, comentaristas, politólogos y encuestadores, a los que nadie nunca eligió pero que estaban al servicio de los medios de comunicación, asumieron la triste tarea de despreciar la política y romper los sistemas populares, desarmando el estado para instalar los gobiernos de los mercados y la usura financiera.

Lo hicieron con tanta inteligencia que no solo cautivaron el interés de las grandes masas medias de las conurbaciones, sino que también anestesiaron la conciencia de los jóvenes con la complicidad de los instrumentos modernos de la tecnología y la cultura contemporánea.

Cuando ya tenían controlado el peligro del pensamiento crítico, pudieron romper el sistema político de varios países, permitiendo que en el nuestro se instalaran en el poder como marionetas siniestras, dos hermanitos manejados desde Washington, sin que nadie cuestione tamaño desatino histórico.

Sembrando la desidia y el desaliento, al amparo de un silencio cómplice, desde ese momento hicieron todo lo que no se debe:

  • Realizar varios viajes a Estados Unidos para recibir instrucciones.

  • Convivir permanentemente con el embajador yanqui en Argentina.

  • Habilitar una base norteamericana en el sur.

  • Instalar un ministro de economía endeudador.

  • Permitir el monitoreo permanente de la jefa del comando sur de los EEUU.

  • Reducir a más de la mitad los ministerios nacionales.

  • Reprimir las movilizaciones populares.

  • Enviar tropas argentinas a Israel.

  • Borrar las Malvinas del mapa argentino

Evidenciando que la crueldad y la violencia están instaladas configurando una cotidianeidad aceptada, donde el presidente se da el lujo de asegurar que la educación pública ha hecho mucho daño lavando el cerebro de la gente sin que nadie le conteste.

Dado que la política sigue ausente y la democracia se desvanece mientras cambia la matriz del pensamiento recortando derechos, la anti-política le garantiza el poder a Milei, sin ninguna observación por parte del colectivo nacional, con lo cual todo pareciera indicar que, al fin y al cabo, el atrevido Paco Ignacio Taibo II tendría algo de razón en su duro diagnostico.

Sea como sea, bienvenidos los que vamos coincidiendo y construyendo conciencia para que el mexicano deje de tener razón.

29/07/2016

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