Género
28/02/2021

Mujeres y Covid

Dejar trabajo remunerado para atender el hogar

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Un informe de la Cepal señala que con la crisis provocada por la pandemia, “los avances laborales de las mujeres retrocedieron más de una década” en América Latina y el Caribe. Destaca que se agravó su “falta de autonomía económica y la brecha de acceso a Internet para el teletrabajo”.

En la región latinoamericana y caribeña, por la crisis del Covid-19 durante 2020, “se registró una contundente salida de mujeres de la fuerza laboral” donde obtenían algún tipo de remuneración, y lo hicieron “por tener que atender las demandas de cuidados en sus hogares”, tras lo cual “no retomaron la búsqueda de trabajo” remunerado.

Esta descripción forma parte de un extenso informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), cuya conclusión general es que la pandemia “impactó negativamente en la ocupación y condiciones de trabajo de las mujeres en la región, generando un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral”.

El documento se denomina “Informe especial Covid-19 Nº 9: la autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenida y con igualdad”. Allí se indica que “la tasa de participación laboral de las mujeres en 2020 se situó en 46% (en 2019 había sido del 52%), y la de los hombres se ubicó en el 69% en el año de la pandemia (contra 73,6% en el año previo)”. Se calcula, además, que la tasa de desocupación de las mujeres “llegó al 12% en 2020, porcentaje que se eleva al 22,2% si se asume la misma tasa de desocupación de las mujeres de 2019”.

Más adelante se destaca que la crisis provocada por el coronavirus “golpeó a América Latina y el Caribe en un contexto de bajo crecimiento económico y aumento de la pobreza y las desigualdades. Se prevé que los efectos económicos y sociales de la pandemia repercutirán en forma negativa en la autonomía de las mujeres”.

En este punto, el informe afirma que “es preciso hacer esfuerzos para evitar que las múltiples crisis que se han desencadenado en el plano económico y social profundicen los nudos estructurales de la desigualdad de género en América Latina y el Caribe en el corto, mediano y largo plazo.

Retroceso de más de 10 años

Cepal, la institución que elaboró el trabajo y que forma parte de Naciones Unidas, describe que “la fuerte contracción económica está afectando negativamente la ocupación y aumentando la precarización de las condiciones laborales en la región, lo que en el caso de las mujeres representa un retroceso de más de 10 años en su participación en el mercado laboral”

Estimando una caída del PIB (Producto Interno Bruto) del 7,7% en 2020 para América Latina y un aumento del desempleo en 10,4 puntos porcentuales, todo ello “tendría un efecto negativo sobre los ingresos de los hogares”. Pero a su vez, “si se considera la sobrerrepresentación de las mujeres en los hogares pobres, alrededor de 118 millones de mujeres latinoamericanas vivirán en situación de pobreza”.

El estudio señala que “además de los efectos a nivel agregado, en el corto y largo plazo se esperan efectos diferenciados en los distintos sectores, cuya magnitud dependerá tanto de factores externos como las características internas de la economía de cada país”. Luego el documento muestra (en el Diagrama 2) “las consecuencias de la crisis en los sectores económicos con alta participación femenina y el vínculo con el trabajo de las mujeres”.

Trabajo en plataformas digitales

En un tramo del documento que gira sobre el eje temático “la pandemia de Covid-19 acelera el uso de plataformas digitales”, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe describe que “las nuevas exigencias sanitarias alteran los procesos de organización logística y del trabajo remunerado.

Dentro de ese contexto, considera que “la aceleración de la digitalización en prácticamente todas las actividades de la vida a partir de la irrupción de la pandemia trae oportunidades, pero también grandes desafíos para la autonomía económica de las mujeres y para alcanzar la igualdad de géneros”.

El organismo internacional remarca que “la desigualdad socio-económica y la pobreza se encuentran entre los nudos estructurales de la desigualdad de género en la región. La intersección entre la pobreza, la brecha digital y la desigualdad de género socava las oportunidades que podrían tener las mujeres situadas en los primeros quintiles (N. de R.: cada quinta parte, en este caso la más baja, del universo que se analiza) de ingresos, como resultado de la aceleración de la economía digital”.

Luego señala que en la región latinoamericana y caribeña “el costo del servicio de banda anche móvil y fija para la población del primer quintil llega en promedio al 14% y el 12% de su ingreso. Por otra parte, el 39,1% de las mujeres en los hogares del primer quintil de ingresos, en promedio, no poseen ingresos propios”.

“Esto constituye sin duda una barrera para que muchas mujeres de la región puedan participar de la economía digital. Si estos guarismos se analizan a la luz de las posibilidades de ejercer el trabajo remunerado de forma remota, se concluye que las mujeres de menores ingresos enfrentan un doble desafío: la falta de autonomía económica y la brecha de acceso a Internet para el teletrabajo”.

Pacto fiscal por la igualdad de género

Hacia el final del documento, Cepal afirma que “las políticas fiscales deberían contribuir de forma simultánea y sinérgica a los objetivos de la reactivación económica y el cierre de brechas, asentándose en los principios de suficiencia, progresividad e igualdad. Para esto se requiere un nuevo pacto fiscal, que promueva la igualdad de género como elemento central para una recuperación sostenible”.

Indica más adelante que “para asegurar el acceso de las mujeres a los instrumentos de apoyo y mecanismos de financiamiento, la región deberá:

• Promover que la banca multilateral y, en particular, los bancos de desarrollo establezcan fondos, líneas de crédito, subsidios, productos y servicios específicos para las mujeres, especialmente para las emprendedoras de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).

• Impulsar medidas de suspensión, moratoria y reestructuración de deudas para mujeres afectadas por la crisis, en particular para las mujeres con empleos precarizados, las trabajadoras informales, las trabajadoras domésticas, las mujeres sin ingresos propios, las mujeres que viven en hogares en situación de pobreza y las que tienen personas dependientes a cargo.

• Explorar opciones para el alivio de la deuda de los países muy endeudados y vulnerables del Caribe y promover soluciones para afrontar el sobreendeudamiento, garantizando los recursos necesarios para implementar políticas de igualdad de género y de respuesta a la pandemia”.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, “es urgente que las medidas para la reactivación incorporen la perspectiva de género y aborden diversas dimensiones de la política fiscal para lograr la igualdad de género. Es posible integrar una mirada de sostenibilidad e igualdad en el gasto, la inversión y los ingresos”.

(Para ampliar la información de esta nota, puede accederse al documento completo de la Cepal).

29/07/2016

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