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Género
09/11/2020

“El lobby conservador” frena la legalización del aborto

“El lobby conservador” frena la legalización del aborto | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Ruth Zurbriggen, integrante de la colectiva feminista La Revuela, sostuvo que "los derechos de las mujeres pareciera que siempre son negociables". Destacó que la interrupción del embarazo sigue siendo “enormemente desigual”.

Laura D' Amico

En una semana colmada de reclamos de organizaciones feministas al gobierno nacional para que envíe al Congreso el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), la integrante de la colectiva feminista La Revuelta Ruth Zurbriggen, que forma parte de Socorristas en Red, dijo que "a esta altura del año, no es la pandemia, es la derecha adentro del Frente de Todos y es el lobby conservador" los que impiden que se concrete la promesa formulada en marzo por Alberto Fernández.

En diálogo con Va Con Firma, la activista del feminismo en Neuquén sostuvo que el gobierno nacional "ningunea" al movimiento feminista al no dar a conocer el texto elaborado por el oficialismo y  afirmó que sería "un desastre" que no cumpliera la promesa de tratar la ley este año, al tiempo que recordó que "este movimiento colaboró en sacar a Macri del gobierno".

Zurbriggen contó además cómo las socorristas fueron reconfigurando sus prácticas en el transcurso de la cuarentena para acompañar a quienes deciden interrumpir un embarazo, donde cobró valor el hacer "colectivo" y "artesanal".  Destacó que el acceso a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) sigue siendo "enormemente desigual" y que el aumento del precio del misoprostol fue "enorme en la pandemia".

-¿Cómo ha sido el trabajo de las Socorristas durante la pandemia? ¿Se profundizó ante la concentración del sistema público de salud en atender el coronavirus?

-Cuando vino la pandemia pensamos que mucho más íbamos a tener que acompañar en el acceso a interrupciones legales del embarazo. Eso se combinó con que desde el Ministerio de Salud de la Nación hubo una serie de acciones y de políticas vinculadas a que todo lo que tiene que ver con salud sexual, reproductiva -y nosotras agregamos no reproductivas- es servicio esencial. Nosotras nos tomamos de eso y nos implicó hacer un trabajo de mucho convencimiento a las personas que nos llamaban para decirles "sí, lo vas a resolver en el sistema de salud". Eso fue acompasado a la vuelta de los mapeos de Socorristas en red, que trabaja en articulación con la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir y con un montón de profesionales de la salud amigables de la causa, que garantizan el derecho. El primer mes de la pandemia, donde todo era incierto, hicimos un mapeo minucioso que fue variando porque médicos que estaban haciendo consultorio ILE les asignaban otras tareas, entonces nos obligó a estar muy pendientes de reactualizar. Con el paso del tiempo y sobre todo en Neuquén, con la cantidad enorme de contagios que hay, cada vez son más las personas que no quieren ir al sistema de salud. Allí se requiere mucho más tiempo porque ya no nos reunimos entonces todo es virtual. Cuando nos llaman les decimos que tienen que contar por lo menos con media hora para que podamos hacer una conversación sobre todo lo que implica el uso de la medicación, y a veces son tres o cuatro llamadas. Esto requirió a las socorristas volver a pensar ciertas ingenierías. Agudizó la importancia de pensar en colectivo, compartirnos experiencias de las distintas provincias, y a la vez darle mucha más importancia al hacer artesanal. Esto es una a una, no podemos perder a nadie. 

-¿Cuáles fueron esas transformaciones en la práctica?

-Les socorristas tuvimos que reconfigurar nuestro modo de acompañar porque la pandemia puso todo patas para arriba e hizo que nuestras políticas de cuidados tomaran nuevas formas. Algo muy potente es que dimos a conocer mucho más las causales de interrupciones legales del embarazo. Difundimos mucho y eso ramifica. Ahora, el acceso a las ILE es enormemente desigual en todo el país y en la provincia también. A veces es el equipo que te tocó en suerte y eso está mal porque el acceso debería ser universal. Todo esto con una complejidad y es que la medicación cuesta 8 mil pesos en Argentina para abortar y 5 mil la caja de misoprostol. En un informe del Observatorio de Socorristas en Red que hicimos este año que se llama "Clandestinos no", analizamos la variación de precios del misoprostol, que es enorme en la pandemia. Ahí también hay un problema de acceso. Lo otro que nos dio este tiempo es una descripción mucho más densa de los problemas que hay en el sistema de salud en relación al acceso a ILEs y también de las buenas prácticas. Todo eso sirve y abona al debate de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Más que al debate, a la práctica. Cuando se logre la ley tenemos un acumulado para reclamar qué cosas son beneficiosas y qué cosas siguen asentadas en el estigma, en lo prejuicios, en la moral individual de quien te atiende.

-¿Creció la cantidad de consultas que recibieron durante la pandemia?

-Toda la red de socorristas creció en la cantidad de acompañamientos. El primer semestre del año, que incluye tres meses de pandemia las estadísticas dieron 9.134 acompañamientos en la red. El año anterior, la red en conjunto acompañó a 14 mil personas en sus decisiones de abortar. Esto para mí es por una combinación de cosas: en parte por la pandemia y en parte por el hacer de las socorristas que no nos conformamos y generamos una práctica feminista de acción directa que permite mostrar que los feminismos nos hacemos cargo de los problemas aquí y ahora. 

-¿Por qué crees que el presidente todavía no envió al Congreso el proyecto de ley de IVE y tampoco da a conocer el texto?

-No conocer el texto es un problema que no se entiende mucho. Es una especie de ninguneo que quienes estamos en el movimiento feminista no nos merecemos y no nos merecemos estar a ocho meses del inicio de las sesiones en el Congreso sin conocer el texto. Mucho menos nos merecemos que no se haya presentado todavía. Estamos en noviembre. No es al inicio de la pandemia. Los primeros meses fuimos pacientes. Pareciera que el movimiento sintió que era un mal momento para empujar eso porque todas nuestras vidas cambiaron. Ahí tuvimos paciencia y comprensión política. Ahora estamos en noviembre. El presidente lo prometió y usó esta promesa también para conseguir votos entonces no puede ahora no concretar esa promesa. Sería un desastre para quienes necesitan abortar, y porque la clase política no pude dejar sus promesas inconclusas y mucho menos con un movimiento como son los feminismos que produjo en Argentina la marea verde, que trajo un flujo expansivo para tantas cosas. Este movimiento colaboró en sacar a Macri del gobierno. Pregunto: ¿El Frente de Todos se va a perder la oportunidad histórica de saldar esta deuda? La sensibilidad despenalizadora ya creció. 

-¿Será que no tienen los votos en el Senado?

-Si no tienen los votos en el Senado, conversen. Conversen con nosotras: no lo hacen. En todo el año no recibieron a la Campaña (Nacional por el Derecho a Decidir). A esta altura del año, no es la pandemia, es la derecha adentro del Frente de Todos y es el lobby conservador, recalcitrantemente neoliberal, moralista, fundamentalista de afuera. Los derechos de las mujeres y de toda persona con capacidad de gestar pareciera que siempre son negociables. 

-¿Cuál crees que va a ser el rol de las Socorristas cuando tengamos ley de IVE?

-Larga vida tiene el socorrismo. Un rol va a ser difundir qué establece la ley. Una vez que sepamos cuál es el texto que se apruebe nos va a quedar el trabajo comunicacional para que llegue la información a muchas más personas y para que esa información efectivamente colabore en sacar al aborto de las zonas de riesgo en las que todavía está cuando se practica en condiciones inseguras. Luego creo que va a seguir siendo de demanda al Estado de políticas que garanticen cuidados. El sistema de salud -que ahora está estallado- es hegemónicamente expulsivo, racista, heteronormativo. Entonces cómo seguimos generando argumentos a partir de la ley de IVE para cambiar la cultura en relación a los abortos. Lo que está mal son las leyes que criminalizan, que penalizan, el artículo 85 del Código Penal. Nuestro rol va a ser el de estirar lo significados para que se entienda y se signifique que la práctica de abortar no es lo que está mal. La decisión de abortar compromete la vida, los proyectos y los deseos de quienes abortan. Entonces, lo que está mal es que el Estado no reconozca  a través de una normativa que eso es válido. 

29/07/2016

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