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15/12/2024

Vices

Vices | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La semana que se inicia será decisiva para el futuro de la vicegobernadora y aunque la vicepresidenta está lejos de quedar en tan comprometida situación, también ella parece enfrentar un camino sin retorno con su compañero de fórmula.

Héctor Mauriño

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Mientras la vicegobernadora Gloria Ruiz aguarda en capilla una sentencia que parece decidida, la otra vice, la vicepresidenta Victoria Villarruel, entra en un callejón sin salida en su relación con el presidente Milei. Ocurre que la semana que se inicia será decisiva para el futuro político de la vicegobernadora y aunque está lejos de quedar en tan comprometida situación, también la vicepresidenta parece enfrentar un camino sin retorno con su antiguo compañero de fórmula.

Milei plantea que su vice no podía presidir la sesión del Senado que expulsó al senador tránsfuga y sospechado de corrupto Edgardo Kueider, porque estaba a cargo del Ejecutivo a raíz de su viaje a Italia. A partir de ahí, dice el líder libertario, la sesión fue nula.

Pero más bien todo parece indicar que en uno de sus raptos propios de un emperador, “Javier” se fue a Italia sin esperar a que su vice se anoticiara, escribano de gobierno de por medio, de que le habían sido trasladados los atributos del mando.

Lo que sí estaría a punto de develarse es el extraño motivo (¿$$$$?) por el que Kueider, quien ascendió en la lista del peronismo, le habría dado a Milei el voto que necesitaba para aprobar la calamitosa ley Bases (además de apoyar otras dudosas iniciativas presidenciales).

Si aquello se demostrara en la investigación que lleva adelante la jueza Arroyo Salgado, la mentada ley, que es un decálogo de atropellos a los trabajadores y a la soberanía nacional, sería también nula de nulidad absoluta.

No está escrito que esto vaya a suceder, pero si parece del todo cierto que la relación entre el presidente y su vice ha tomado un camino sin retorno.

Sin retorno parece también la situación de Ruiz, y aunque el gobernador casi no ha abierto la boca al respecto, es un hecho que se trata del primer interesado en que esta saga penosa, que salpica a su gobierno, termine de una vez y no se vuelva a hablar del tema.

En fin, en la Argentina los vices siempre están envueltos en controversias. Frondizi se sacó de encima a Alejandro Gómez, De la Rúa trató de hacerle un pagadiós a “Chacho” Alvarez y este renunció; Sobisch, mandó a “Pipe” Sapag al freezer del Senado, Julio Cleto Cobos se les dio vuelta a los Kirchner… se podría seguir...

Pero, ya que tocamos el de momento espinoso tema de las vices actuales, ¿en qué se parecen y en qué no la vicegobernadora Ruiz y la vicepresidenta Villarruel?

Villacruel para algunos y Videlarruel para otros, es como Gloria Ruiz una mujer de carácter, muy ambiciosa y decidida al parecer a todo con tal de imponer su voluntad de poder.

La primera, a pesar de su franco estilo fascista y su reivindicación sin vueltas de la última dictadura y del genocidio que provocó, se parece a la de acá porque es una de esas personas que no acepta ninguna autoridad superior.

Se equivocó el ingenuo de Milei (“Jamoncito” para ella) si creyó que la iba a arrear a dos tirones. Esta mujer no reconoce ni Dios ni maestro y está dispuesta a disputarle el poder, que lo logre o no es ya harina de otro costal.

Aunque las diferencias con la del sur del río Colorado son notorias. Para empezar, la primera es universitaria y más allá de que dice cosas horrorosas sabe hilar muy bien su discurso y es capaz de sostener una polémica pública, la dama local, en cambio, exhibe una modesta formación y aunque no conoce de aflojadas más allá de las chicanas esgrimidas hasta ahora, no ha sido capaz de enhebrar una defensa creíble y coherente.

En octubre pasado la vice local se tomó el trabajo de ir hasta el aeropuerto para recibir a la vice nacional. “Es un honor para mí…”, la floreó la neuquina. “Estamos en una posición muy similar”, subió la apuestala nacional luego de compartir un desayuno y algunas selfispara los fans que nunca faltan, tampoco en los pasillos de la Legislatura.

Tanta armonía y tanto fasto contrastó un poco con el más bien sobrio recibimiento de Figueroa. “Si a Neuquén le va bien, le va bien a la Nación”, le endilgó el neuquino tras atenderla, con una sonrisa, eso sí, en su despacho.

Por entonces, hace dos meses apenas, las relaciones entre los respectivos Ejecutivos y sus vices no estaban tan dañadas. Villarruel aparecía en clara competencia con Milei, pero ambos todavía participaban de algunas actividades en común y se dirigían la palabra, al menos en público.

Lejos estaba todavía, si no en el tiempo en el grado de descomposición, la actual relación entre ambos; el momento en que el presidente totalmente enfrentado con la vice, estaría dispuesto a partir al extranjero sin traspasarle formalmente el mando de la Nación, no fuera a ser cosa que se lo quisiera quedar…

En Neuquén, algo se cocinaba bajo la superficie pero todavía no había estallado el escándalo de Gloria Ruiz; su sórdido nepotismo, los manejos irregulares con fondos públicos, la comisión de los presuntos delitos de administración infiel, incumplimiento de los deberes de funcionario, etc. etc. Todavía la Legislatura no la había suspendido ni los diputados, oficialistas o muy oficialistas, tenían decidido, como hoy tienen, tirarla por la ventana.

Más allá de las obvias similitudes, de la inocultable simpatía política de la neuquina por el oficialismo nacional, de su un tanto empalagosa relación con la diputada-pastora de LLA Nadia Márquez, y de la mirada común respecto de ciertos cánones religiosos, que llevaron a la vice local a “cederle” un despacho en la Casa de las Leyes, ¿se parecen en algo más las dos vices?

Salvando las distancias de estatura política, formación profesional y personal, la ambición, la voluntad de poder y cierto grado de temeridad para llevar adelante sus propósitos, parecen denominadores comunes de ambas.

Los escandaletes que provocan las vices, salpican a la política y contribuyen a dañarla en la consideración, cada vez más baja, que la opinión pública tiene sobre ella y sobre quienes la ejercen. No ayuda, en ese sentido, a enaltecer una actividad crucial para modificar la realidad cuando se trata de hacerlo para bien.

Es que una y otra vice fueron elegidas para integrar la respectiva fórmula por motivos estrictamente electorales, propagandísticos y mediáticos, con total prescindencia de afinidades ideológicas y acuerdos políticos de fondo para llevar a cabo la gestión que iban a enfrentar. Cuando las apariencias importan más que las cuestiones de fondo la política se degrada, se empantana en el barro del vale todo y ¿cómo podría ser diferente? pierde credibilidad.


 

29/07/2016

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