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16/04/2022

Aguante el Tuti

Aguante el Tuti | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.
Foto: Diario Río Negro

Aguante el espíritu de humanismo que tuvo y tiene la gente como él, de esa generación suya, que fue pisoteada por el neoliberalismo y exiliada o desaparecida por el terrorismo de estado.

Fernando Barraza

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Esa mirada de reojo a la máquina de escribir, como diciéndole: "no te preocupes, yo voy a encontrar la manera de contar que fue lo que pasó, caiga quien caiga" define muy bien quien fue Jorge Tuti Gadano, quien ayer partió en viaje de regreso a la tierra.

Ese gesto resume perfectamente su legado, el voraz apetito de humanidad que tenía en el ejercicio de la profesión. Hace solo dos años y medio, antes de que empiece la cosa espantosa que fue la pandemia, estábamos empezando a trabajar en el regreso de "No se si me explico" a la radio.

¡Ochenta y siete años y un montonazo de nanas tenía el muy cabeza dura, pero quería regresar a tabanear al poder! Yo le ofrecí mi trabajo profesional como productor de radio, ayudando a la puesta al aire del regreso y acompañándolo en el piso. Él sonrió, me agradeció y me dio una palmadita en el hombro. Después de un segundo de silencio, un sorbo de café y una mordida a la medialuna que nos pedimos en "El Ciervo", me miró y me dijo: "pero más allá de la puesta, que vos en eso sos un capo: ¿estás dispuesto a que hagamos periodismo de investigación?" Claro, claro hombre, le dije yo, levantando el pocillo como si brindáramos. "Bueno, mirá -me dijo- venite a casa el miércoles"

En su casa merendamos. Yo le hablaba de la forma, de como podíamos poner al aire el programa, como dividirlo en secciones en las que blablablabla. Él me dejó en el desayunador, hablando solo, y se fue hasta su bunker. Volvió con una carpeta llena de recortes y anotaciones, con fotocopias, la abrió y me dijo: "vamos a hablar de Paolo Rocca, hay un montón de cosas para decir de como esa familia se enriqueció. Sin salir de Vaca Muerta podemos hablar horas sobre como se manejan y como se enriquecen. Vas a tener que ir a un par de escribanías que yo te voy a apuntar a pedir que te dejen fotocopiar algunos documentos que no son secretos, pero vas a tener que convencerlos, porque nos va a servir muchísimo para la investigación" Yo tragué saliva, miré la carpeta con una mezcla de admiración total y cagazo consumado. Quedamos en que lo íbamos a hacer al mes siguiente, cuando yo terminara unos trabajos y él se hiciera unos estudios. Entonces vino esta cosa infame de la pandemia y no lo vi mas.

Ahora la situación es irreversible, ya no está más el Tuti. Eso es lo que se va a extrañar: su vendaval. Queda la necesidad de honrar nuestra profesión, como él lo hizo hasta que no le dio más el físico, a pesar de haber pasado por momentos súper duros de su vida. Eso nos queda, ese legado, para alejar nuestros esfuerzos de ser comunicadores y comunicadoras por fuera de todas las estupideces y las cosas nocivas que nos propone todo el tiempo el sistema disfrazándolas de "verdades del buen vivir".

No redundo más. Si querés ver de qué madera estaba hecho este hombre, pone su nombre en google fotos y fijate que sale él, obvio, pero también aparecen las fotos de las personas mas nefastamente poderosas de esta provincia, y en todos los epígrafes de fotos, esas personas negras como el abismo, están conceptual e ideológicamente en la vereda de enfrente de Jorge Gadano.

Así era el Tuti: al hueso, o nada. Así, mordiéndose la uña, mirando a la Olivetti de frente y diciéndole: "lo vamos a decir, ya vas a ver, lo vamos a decir, caiga quien caiga"

Aguante el Tuti

Aguante el espíritu de humanismo que tuvo y tiene la gente como él, de esa generación suya, que fue pisoteada por el neoliberalismo y exiliada o desaparecida por el terrorismo de estado.

Aguante la vida

Aguante todo

29/07/2016

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